El tenista argentino Román Burruchaga, de 23 años, logró su segundo título en el circuito Challenger, reafirmando su crecimiento en el mundo del tenis. Con una carrera marcada por triunfos y obstáculos, su historia refleja el apoyo familiar y su determinación por alcanzar el top del ranking mundial.

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Con raíces familiares en el deporte, su historia está marcada por una decisión de vida que lo llevó a apostar por el #tenis en lugar del fútbol, elemento que ha sido un sello en su trayectoria.

Desde pequeño, Burruchaga mostró una predilección por el tenis de mesa, deporte que practicaba con entusiasmo en el Tiro Federal. Sus habilidades y entusiasmo por la raqueta lo llevaron a elegir esta disciplina, a pesar del peso del apellido familiar, relacionado con uno de los íconos del fútbol argentino, Jorge Burruchaga, héroe de la obtención de la Copa del Mundo en 1986.

Sin embargo, el tenista nunca sintió esa carga como un peso, sino como un orgullo que lo impulsa a seguir adelante.

Tras un proceso de formación en el circuito juvenil, Burruchaga alcanzó su mejor posición en el ranking ITF de juniors en el puesto 18, y participó en algunos Grand Slam, logrando experiencia en el más alto nivel del deporte.

En 2020, dio el paso al profesionalismo, aunque un cuadro de miocarditis derivado del COVID-19 lo mantuvo alejado de las canchas durante meses. Sin embargo, su recuperación fue completa y su carrera empezó a despegar nuevamente.

Su filosofía de juego combina paciencia y construcción de puntos, prefiriendo el estilo contragolpeador y el golpe de revés, considerado su mejor golpe.

Además, trabaja intensamente en su fortaleza mental, apoyado por un equipo profesional que lo ayuda a mantener la concentración y controlar las emociones durante los partidos.

Burruchaga ha confesado que la diferencia en los niveles élite del tenis está en el aspecto psicológico, y trabaja con técnicas como mindfulness y visualización para mejorar en esta área.

El joven tenista ha progresado de manera significativa en los últimos años

El joven tenista ha progresado de manera significativa en los últimos años, logrando subir en el ranking ATP y acercándose al codiciado puesto de los cien mejores del mundo.

En su último torneo en Buenos Aires, conquistó su segundo título en el circuito Challenger, tras vencer en la final a un compatriota, Alex Barrena, en una actuación impecable, sin ceder sets.

La victoria no solo le proporcionó puntos valiosos para su clasificación, sino que también fue un estímulo para seguir persiguiendo sus sueños.

Historicamente, los tenistas argentinos han hecho historia con nombres como Guillermo Vilas, José Luis Clerc y Juan Martín del Potro, quienes marcaron época en el circuito mundial.

La historia reciente también muestra que varios jugadores de nuestro país lograron romper la barrera del top 100, alcanzando reconocimiento internacional y logrando grandes logros en Grand Slams y ATP.

Burruchaga, con su estilo de juego y mentalidad, aspira a seguir esa senda de éxito y, eventualmente, entrar en los grandes del circuito.

Su vínculo con el fútbol, a pesar de su dedicación al tenis, sigue presente. Es hincha de Huracán y mantiene contacto con sus primos, también amantes del fútbol. La historia de Burruchaga es la de un joven que combina talento, esfuerzo y el respaldo familiar para forjar una carrera en ascenso, con metas altas y una mentalidad positiva.

Con esfuerzos constantes y sacrificios diarios, sueña con ganar un Gran Slam, preferiblemente en Roland Garros, superficie en la que se siente más cómodo y que representa su superficies favorita.