El Superclásico entre River Plate y Boca Juniors siempre genera polémica y expectativas en el fútbol argentino. El enfrentamiento en tierras europeas promete ser el punto de inflexión para Martín Demichelis y su futuro como entrenador de River.

Un Superclásico siempre deja tela por cortar.

Y mucho más si se trata de un mano a mano con eliminación directa, donde habrá secuelas.

O para bien o para mal.

O salís fortalecido o herido.

Y en River lo saben.

Por eso creen que puede ser un punto de inflexión el enfrentamiento contra Boca, el domingo, en Córdoba.

“Es París o Devoto”, afirma un allegado a Martín Demichelis.

Y un integrante del cuerpo técnico redobla: “O nace el Demichelismo o se nos complica”.De todos modos, no habrá cataclismo.

Si River no pasa a Boca, Demichelis seguirá en su cargo porque la dirigencia lo respalda a pleno.

Pero donde apuntan los más cercanos al entrenador es hacia la relación con los hinchas, algo que 'Micho' todavía no pudo o no supo elaborar.

Aunque esos vínculos generalmente se dan naturalmente y no se construyen.

Es cuestión de piel...

Aunque los números a Demichelis le den a favor (cosechó tres títulos y tiene el 69% de efectividad), en River -se sabe- hay una exigencia mayor, que tiene que ver con el juego.

Y está en esa búsqueda el cordobés de Justiniano Posse.

En los últimos dos partidos, las victorias ante Instituto y Nacional de Montevideo, por la Copa de la Liga y la Libertadores, respectivamente, se vio una mejoría, la cual tuvo que ver, principalmente, con el cambio de esquema.

Con el 4-3-1-2 se vio un equipo más ordenado, equilibrado y los jugadores se sintieron más cómodos.

El fútbol fluyó más: hubo mayor y mejor circulación de pelota...

Aunque, por otro lado, se enredó en las variantes en otras posiciones, sobre todo en la de volante central, un puesto clave.

Ahí jugaron, alternadamente, Nicolás Fonseca, Matías Kranevitter, Rodrigo Aliendro y Rodrigo Villagra.

El ex Talleres es quien parece se quedará con el lugar, jugando con Aliendro cerca.

Y el otro fue el del lateral derecho, por el que pasaron Andrés Herrera, Agustín Sant’Anna y Sebastián Boselli.

Y el que va ganando la pulseada es el Yacaré...

En definitiva, más allá de sus vaivenes, Demichelis llega con optimismo al Superclásico.

Se ampara en sus antecedentes inmediatos.

De tres River-Boca que ya dirigió, ganó dos y empató uno.

Aunque, no se confía, claro.

Y sabe que este duelo puede ser decisivo para su futuro.

Por cierto, Marcelo Gallardo se potenció con las eliminaciones al máximo rival.

Y Micho, a su manera, buscará ir por la misma senda.

Para que su ciclo se llene de luz.