La selección argentina cayó 1-0 frente a Ecuador en un partido marcado por errores defensivos y dificultades ofensivas, poniendo en riesgo sus aspiraciones de clasificar al próximo Mundial. Los jugadores clave no lograron brillar y la derrota generó preocupación en el equipo y la afición.

En una noche complicada en Guayaquil, la selección argentina enfrentó una dura derrota por 1-0 ante Ecuador en la última jornada de las Eliminatorias Sudamericanas.
Aunque el marcador refleja un resultado adverso, la actuación del equipo tuvo matices, destacándose algunas actuaciones individuales y dejando varias dudas en aspectos defensivos y ofensivos.
El resultado no compromete de manera definitiva el ingreso de Argentina al Mundial, pero sí enciende señales de alarma en un proceso que hasta ahora había sido sólido bajo la dirección de Lionel Scaloni.
La derrota fue consecuencia de varias fallas tácticas y errores puntuales, que la selección deberá corregir en futuros compromisos.
El arquero Emiliano Martínez fue uno de los puntos altos del equipo. A pesar de que no pudo evitar el penal marcado por Enner Valencia, realizó varias atajadas importantes que evitaron una goleada aún mayor para los visitantes.
Su experiencia y seguridad bajo los palos fueron fundamentales en un partido donde la defensa argentina estuvo errática.
En el apartado defensivo, Gonzalo Montiel sufrió en su duelo con Nilson Angulo y fue responsable en algunos desajustes que permitieron a Ecuador tener oportunidades claras.
Leonardo Balerdi, en su debut como reemplazo de Cristian Romero, mostró cierta inseguridad tanto en los cierres como en la jugada que derivó en la expulsión de Otamendi, situación que complicó aún más la estructura del equipo.
La defensa central, con Nicolás Otamendi en cancha, mostró dificultades para contener la movilidad del ofensivo ecuatoriano. La temprana expulsión del capitán a los 30 minutos por una falta que evitó una clara ocasión de gol puso al equipo en desventaja numérica, complicando aún más sus opciones de rescatar un empate.
En el medio campo, las ausencias de jugadores creativos como Paredes y De Paul se sintieron. Ambos no lograron establecer un ritmo ofensivo ni generar la posesión necesaria para conducir el juego. Nicolás González, uno de los jugadores de mayor impulso en la segunda mitad, intentó abrir espacios pero careció de apoyo y precisión.
En la delantera, Lautaro Martínez tuvo un partido para el olvido, siendo totalmente neutralizado por la línea defensiva ecuatoriana. Julián Álvarez, quien entró en el segundo tiempo, no pudo cambiar radicalmente el trámite, mientras que otros como Foyth y Simeone sumaron esfuerzo en momentos difíciles.
Uno de los aspectos positivos fue la aparición de Giovani Lo Celso, cuya movilidad y buen pie aportaron cierta chispa al ataque argentino. Su remate cercano a empatar el partido fue una de las pocas ocasiones claras generadas en la segunda parte.
En cuanto a los datos históricos, esta derrota vuelve a poner en la mesa los desafíos actuales de Argentina para consolidar una generación que en 2022 conquistó la Copa del Mundo.
La presión por clasificar y mantener un rendimiento estable será fundamental en los próximos partidos, donde deberán mejorar en la fase defensiva y ampliar su capacidad ofensiva.
Por último, el resultado en Guayaquil no solo afectó la clasificación, sino que también encendió debates sobre las decisiones tácticas y la forma en que el equipo puede revertir esta mala racha en el camino hacia Qatar 2026.
La selección argentina tiene tiempo para corregir errores, pero la instancia exige mayor coherencia y efectividad en todos los aspectos del juego.