San Telmo vive un momento crítico tras un partido marcado por decisiones arbitrales polémicas que culminaron en enfrentamientos entre la barra y la policía.
San Telmo atraviesa un periodo de agitación emocional y social, a pesar de su actual rendimiento satisfactorio en la Zona B de la Primera Nacional.
La reciente derrota 2-1 ante Defensores de Belgrano ha desencadenado una serie de incidentes que han manchado la buena imagen del club.
La controversia comenzó con una decisión discutible del árbitro Lucas Comesaña, quien sancionó un penal a favor del equipo visitante en un momento crucial del partido.
Muchos en la afición local aseguraron que la falta penalizada no había ocurrido, lo que generó un clima de indignación en las gradas.
El tiro penal fue detenido por el arquero de San Telmo, Brian Bustos, manteniendo así viva la esperanza de sus seguidores.
Sin embargo, lo que parecía ser un alivio se tornó en un auténtico calvario cuando, en los primeros minutos del segundo tiempo, Defensores de Belgrano logró marcar dos goles a través de Brian Gómez y Agustín Benítez.
Aunque Diego Diellos logró descontar hacia el final del encuentro, la situación ya era insostenible y las emociones estaban a flor de piel.
El conflicto no terminó en el campo de juego.
Una vez finalizado el partido, un grupo numeroso de barras de San Telmo se congregó en una de las entradas a la platea del estadio Osvaldo Baletto, desde donde comenzaron a lanzar piedras a los efectivos de la policía.
Este violento enfrentamiento se produce justo después de que los hinchas tuvieran que enfrentar un castigo de cuatro partidos sin poder asistir a las gradas por incidentes anteriores, lo que aumentó aún más la tensión.
Este castigo se debió a un reciente episodio ocurrida en la previa de un encuentro frente a Aldosivi, donde se detonó una bomba de estruendo en la puerta del vestuario visitante, causando efectos negativos en el cuerpo técnico de San Telmo.
Como consecuencia, el Tribunal de Disciplina decidió descontar tres puntos al equipo en la tabla de posiciones y aplicar una multa económica que supera los 22 millones de pesos argentinos, cifra que equivale a aproximadamente 55,000 euros, reflejando el intenso clima de vulnerabilidad financiera y estructural que enfrenta el club.
La historia de San Telmo está marcada por altibajos, siendo uno de los clubes más antiguos de Argentina y con una rica tradición en el fútbol nacional.
Sin embargo, su camino ha estado repleto de desafíos, incluyendo conflictos internos y problemas de gestión.
La situación actual solo agrega más dificultad a un contexto que ya era tenso.
Los seguidores esperan que los momentos de calma y un buen juego regresen pronto al club, mientras el cuerpo técnico y directivo intenta manejar una situación crítica y recuperar la confianza de sus aficionados.