San Telmo se enfrenta a importantes penalizaciones que afectarán su desempeño en el torneo tras episodios violentos protagonizados por sus hinchas.

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El club San Telmo ha tenido que lidiar con importantes consecuencias debido a los recientes episodios de violencia que protagonizaron sus seguidores, lo que ha resultado en una sanción drástica por parte de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide). Actualmente, el equipo se encuentra a cuatro puntos del líder Nueva Chicago en la zona B del torneo de la Primera Nacional de Argentina, pero su situación se ha vuelto crítica tras la pérdida de tres puntos por decisión del Tribunal de Disciplina de la AFA.

Según un comunicado que se hizo público, firmado por Guillermo Cimadevilla, director de Aprevide, la sanción implica que San Telmo deberá jugar todos sus partidos a puerta cerrada hasta el final del campeonato.

Esto significa que el próximo encuentro de San Telmo, que será contra Arsenal de Sarandí, se llevará a cabo en el estadio de Tristán Suárez, en Ezeiza, en lugar de su local habitual.

El alcance de esta medida está diseñado para garantizar la seguridad y la paz durante los partidos, dado que la violencia entre los hinchas ha ido en aumento y se ha convertido en un problema recurrente en el fútbol argentino.

San Telmo ha sido objeto de críticas, especialmente después de los incidentes ocurridos en el partido contra Aldosivi de Mar del Plata el 9 de junio.

En ese encuentro, el partido fue suspendido antes de comenzar debido a una bomba de estruendo que se lanzó desde la calle y que afectó al técnico del equipo.

Como resultado de estos disturbios, el club no solo perdió la insigne del juego, sino que también recibió una multa económica considerable, superior a los 22 millones de pesos argentinos, además de la mencionada deducción de puntos.


Esto ha generado un gran malestar entre los aficionados, quienes ven cómo el equipo lucha en el torneo mientras las decisiones disciplinarias impactan directamente en su rendimiento.

Asimismo, el 18 de agosto, después de un partido polémico contra Defensores de Belgrano, el ambiente se caldeó cuando los aficionados comenzaron a enfrentarse con la policía tras la sanción de un penal que consideraron injusto.

Este episodio terminó con enfrentamientos en la Isla Maciel, donde los hinchas lanzaron objetos contundentes a los efectivos de seguridad.

Estas situaciones han dejado claro que la violencia en el fútbol no solo afecta la imagen de los clubes, sino también la de un deporte que debería ser un sinónimo de pasión y unión entre familias y comunidades.

Históricamente, San Telmo, que tiene una rica trayectoria en el fútbol argentino, ha tenido que lidiar con problemas de violencia a lo largo de los años.

Sin embargo, la gravedad de las sanciones actuales pone de manifiesto la necesidad de reformas drásticas en la gestión de seguridad en los estadios, así como en la conducta de los aficionados.

La AFA, junto con Aprevide, tendrá la tarea crucial de implementar medidas que eviten que estos incidentes vuelvan a ocurrir en el futuro, asegurando así que el fútbol argentino permanezca como una fuente de entretenimiento y orgullo, lejos de la violencia y el caos.