Después de una larga sequía de 141 partidos sin victorias, San Marino celebró un notable ascenso tras vencer a Liechtenstein en un emocionante encuentro.
San Marino, el equipo que ocupa el último lugar en el ranking de la FIFA, ha logrado una hazaña memorable al conseguir un ascenso en la Liga de Naciones de la UEFA, después de enfrentar una larga y dolorosa etapa sin triunfos.
Este equipo, que se encuentra en el puesto 210 del escalafón mundial, sorprendió al vencer a Liechtenstein por 3-1 en un partido disputado como visitante.
Con esta victoria, se proclamó campeón del Grupo D2 y logró el anhelado ascenso a la Zona C.
El 5 de septiembre mencionado, San Marino puso fin a una racha de 141 partidos sin poder festejar una victoria, una espera que duró 20 años, 4 meses y 8 días, con un total de seis empates y 135 derrotas.
A lo largo de estos años, el equipo solo había anotado 21 goles, mientras que sus rivales le habían marcado 568. Su primer triunfo se logró en casa con un 1-0 ante el mismo rival de este lunes, Liechtenstein.
Sin embargo, el que se vio ayer fue un espectáculo mucho más impresionante.
Este ascenso es particularmente significativo, ya que antes de este partido, San Marino nunca había conseguido revertir un marcador en su historia, nunca había ganado como visitante, ni había anotado más de un gol en un encuentro oficial.
En este partido, la segunda parte fue un derroche de alegría y emoción, ya que el equipo anotó tres goles y mostró un juego dinámico y efectivo.
Durante el primer tiempo, San Marino fue el dueño del balón, pero se encontró en desventaja tras un espectacular gol desde fuera del área de Sele a los 40 minutos.
Sin embargo, la historia tomó un giro inesperado en la segunda mitad.
Apenas comenzado el segundo tiempo, Lazzari empató el partido con una definición mano a mano, un momento clave que desató la locura entre sus seguidores.
A los 21 minutos, Nanni amplió la ventaja al convertir un penal, y a los 31, Golinucci empujó un centro hacia atrás, marcando el tercer gol del encuentro.
El festejo de los jugadores fue inolvidable y evidenció la alegría colectiva, incluso algunos aficionados se desplazaron hasta Vaduz para alentarlos.
La celebración fue tan peculiar que los jugadores, sin saber muy bien cómo festejar, se unieron de las manos y se dirigieron hacia la tribuna donde estaban sus fans.
A pesar de que todos esperaban que se lanzaran a celebrar en el césped, optaron por abrazar a sus seguidores, creando imágenes que quedarán en la memoria.
Cabe recordar que el fútbol tiene la capacidad de ofrecer historias conmovedoras como esta, donde un equipo que ha sufrido tanto puede, de repente, brindar una alegría desbordante tanto a sus jugadores como a sus hinchas.
La victoria de San Marino no solo marca un hito en su historia, sino también un ejemplo de perseverancia y esperanza en el deporte.