El club San Lorenzo se encuentra en medio de tensiones, con una asamblea suspendida tras incidentes con hinchas y cuestionamientos sobre sus finanzas.

San Lorenzo de Almagro atraviesa un periodo de gran agitación antes de su último encuentro ante Tigre, que marca el cierre de una temporada complicada.

La situación se tornó crítica cuando un centenar de aficionados ingresó al Polideportivo Allioni, lo que llevó a la suspensión de la asamblea en la que se pretendía aprobar el balance del club.

La tensión aumentó considerablemente después de que se hicieron escuchar cánticos en contra del presidente Marcelo Moretti, quien culpó directamente a la oposición por lo ocurrido.

"Estamos viviendo una situación de violencia extrema orquestada por la oposición.

Vamos a seguir enfrentando esta situación con firmeza", declaró Moretti en una entrevista radial justo tras anunciar la suspensión, asegurando que el partido de esta misma noche no se vería afectado.

Entre los puntos preocupantes en la asamblea estaba el balance correspondiente al ejercicio 2023/24, que había sido cuestionado por los fiscalizadores de la oposición.

Los inconvenientes radicaban en un aumento del pasivo y un incremento del 60% en los gastos vinculados al fútbol profesional.

Sin embargo, la discusión se tornó más agitada al conocerse que, además, se prevé la venta de dos jugadores juveniles, lo que avivó aún más la molestia de los hinchas.

Los cánticos de "los pibes no se venden" resonaron con fuerza, refiriéndose a la posible venta de un 50% de los derechos de Agustín Hausch y Santiago Sosa a Defensa y Justicia por un monto que rondaría los 1,7 millones de dólares (aproximadamente 1,6 millones de euros). Esto se presenta como un alivio financiero para el club, que tiene deudas pendientes desde hace varios meses.

Sin embargo, Moretti insistió en que no se están vendiendo jugadores para pagar deudas, sino que incluso están aportando dinero propio para cumplir con los salarios de los futbolistas.

"No hemos vendido jugadores para enfrentar la deuda, hemos puesto nuestro propio dinero para pagar los sueldos: hemos aportado cerca de 2 millones de dólares (alrededor de 1,8 millones de euros) y estamos siendo objeto de campañas mediáticas en nuestra contra", lamentó el presidente.

Moretti decidió desmentir rumores que circulan sobre la inestabilidad del club, afirmando que están lejos de la quiebra y descalificando la idea de que el entrenador Miguel Ángel Russo desea terminar su contrato.

"Es falso que el club esté al borde de la ruina.

Hay mucha política en juego; lo que hace la oposición es colocar piedras en el camino.

Es difícil ver cómo todos hablan mal de mí, incluido un técnico que se fue de la institución", expresó.

A pesar de la crítica situación en el deporte, el presidente se mostró optimista sobre el futuro cercano.

"Fue un año complicado, no hemos ganado un clásico y nuestra posición en la tabla no es la mejor.

Pero recién comenzamos, estoy consciente de que son muchas las cosas por mejorar", concluyó Moretti.

Aunque la temporada está culminando, el club espera poder levantar el ánimo de sus seguidores y cerrar este capítulo con un triunfo ante Tigre.