El club de Boedo atraviesa una crisis interna profunda que llevó a la salida del presidente Marcelo Moretti y genera un intenso debate sobre la fecha de las próximas elecciones y el futuro de su gestión.

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Todo comenzó cuando las tensiones internas y la falta de consenso llevaron a que varios dirigentes abandonaran sus cargos, dejando al club sin una conducción clara.

La crisis se agravó aún más cuando, ante la gravedad de la situación, la Asamblea de socios asumió un rol protagónico y designó a Daniel Matos como presidente transitorio, tratando de mantener el orden y evitar un vacío de poder completo.

El club de Boedo no es ajeno a este tipo de crisis. Históricamente, #San Lorenzo ha atravesado distintos momentos de convulsión institucional, pero ninguna situación como la actual, que recuerda a episodios del pasado en los que la falta de liderazgo retrasó decisiones importantes.

En 2012, por ejemplo, la gestión de la institución sufrió alteraciones similares cuando se produjo un recambio en la conducción, aunque en aquel momento figuras como Marcelo Tinelli lograron estabilizar el club.

El principal desafío en este momento es definir el destino de las próximas elecciones. La plataforma estatutaria del club establece que en casos de acefalía, la Asamblea tiene un plazo máximo de 30 días para convocar una Asamblea Extraordinaria y decidir si se opta por completar el mandato hasta 2027 o adelantar las elecciones.

Según el artículo 45 del Estatuto de San Lorenzo, si las vacancias superan los seis meses, la elección debe realizarse en ese plazo para completar el período restante.

Sin embargo, sectores opositores argumentan que, dado que la acefalía ocurrió con más de seis meses de mandato restante, las #elecciones deben adelantarse, en línea con lo que indica la normativa.

Esto ha generado un intenso debate entre quienes defienden una gestión de transición y aquellos que exigen soluciones inmediatas.

No es obligatorio adelantar las elecciones»

El vice de la Asamblea, Ulises Morales, ha expresado que la interpretación del Estatuto es clara y que, en su opinión, no hay doble lectura posible: «El artículo menciona que si hay más de seis meses para finalizar el período, no es obligatorio adelantar las elecciones».

En su análisis, la crisis en San Lorenzo es comparable a un «enfermo terminal en estado de coma», pronosticando que sin cambios profundos, la institución podría continuar en un proceso de debilitamiento.

Por estas horas, los dirigentes y socios están a la espera de confirmar la fecha exacta de la Asamblea Extraordinaria, que se prevé se lleve a cabo en los próximos días y en la que se discutirá si se conforma una Comisión de Transición o si se adelantan los comicios electorales.

Por ahora, los diferentes actores internos mantienen posiciones encontradas. Los sectores opositores como Marcelo Culotta, de Orden y Progreso Sanlorencista, y César Francis, de Volver a San Lorenzo, insisten en la necesidad de realizar elecciones a fin de año para resignificar el rumbo del club.

Por otra parte, Sergio Costantino, quien se presenta como una opción de liderazgo de transición, guarda silencio, dejando en suspenso su potencial rol.

El ecosistema del fútbol argentino también añade un contexto histórico relevante. La crisis en San Lorenzo se inscribe en una larga lista de conflictos institucionales en clubes que suelen afectar decisiones deportivas y la gestión administrativa.

La falta de liderazgo y la lucha por el poder en algunos clubes argentinos han resultado en quiebras, atrasos en pagos y pérdida de confianza por parte de los hinchas.

Mientras tanto, la situación económica del club también preocupa. Si bien no hay cifras oficiales en la prensa internacional, se estima que las deudas y obligaciones financieras suman millones de pesos argentinos, equivalentes a decenas de miles de euros, complicando aún más el escenario.