Leandro Romagnoli expresa su descontento por decisiones arbitrales en la derrota de su equipo.
La frustración en San Lorenzo persiste tras la reciente derrota ante Boca Juniors por 3-2 en la Bombonera.
Al finalizar el encuentro, la discusión en el vestuario giraba en torno a un claro penal que no fue sancionado a favor del equipo, durante un momento clave cuando el Ciclón estaba en ventaja de 1-0. La jugada en cuestión, protagonizada por Leandro Brey sobre Andrés Vombergar, se convirtió en el foco de atención al ser revisitada una y otra vez en los teléfonos móviles de los jugadores.
Leandro Romagnoli, exjugador y actual DT de San Lorenzo, no pudo ocultar su descontento.
En la sala de conferencias, expresó: "Una bronca terrible.
Esta situación no puede ser tolerada.
Nuestro primer tiempo fue excelente, manejamos el balón y generamos las mejores oportunidades". Su declaración marcó el inicio de una serie de quejas sobre el desempeño del árbitro Pablo Echavarría y el uso del VAR.
Romagnoli continuó detallando los errores que, según su perspectiva, cometió el árbitro: "En primer lugar, el penal inicial fue otorgado, pero hubo una larga pausa de cinco minutos mientras se revisó si había una falta previa a favor de Boca que pudiera invalidar la sanción.
Sin embargo, un penal con toda claridad a favor de Andrés Vombergar fue ignorado completamente; estoy convencido de que si lo hubiera visto, no lo podría haber omitido".
En su análisis, el técnico hizo énfasis en otras decisiones arbitrales que perjudicaron a su equipo: "Una falta que Giménez cometió sobre Romaña en la primera parte fue obviada, lo que le permitió a Boca generar una chance clara de gol.
Y en el segundo tiempo, otro empujón llevó directamente al tanto de ellos.
La gestión del juego por parte del árbitro fue deficiente; se vio una falta que Leguizamón intentó ejecutar rápidamente, pero la corta fue injustificada con la intención de mostrar una tarjeta".
A pesar de reconocer la calidad de juego de su equipo, Romagnoli no pudo evitar mostrar su frustración: "Me voy muy molesto.
Realizamos un gran partido y nos marchamos sin recompensa alguna.
No pido que el refere favorezca a nuestro equipo, pero sí que actúe de forma justa y equitativa". Además, el entrenador se quejó del escaso tiempo de recuperación para el próximo compromiso en Brasil contra Atlético Mineiro: "Con poco más de 55 horas de descanso entre partidos, me preocupa el estado físico de los jugadores, especialmente aquellos que completaron los 90 minutos".
La situación refleja una vez más la tensión que existe en el fútbol argentino, donde las decisiones arbitrales son objeto de debate constante, y la expectativa de los equipos sobre equidad en el juego se convierte en un tema recurrente.
La comunidad futbolística estará atenta a cómo San Lorenzo responderá en su próximo duelo tras este encuentro controvertido.