El fallecimiento de Juan Izquierdo ha reavivado el debate sobre la seguridad y salud de los futbolistas en el deporte profesional, resaltando la importancia de las medidas de emergencia.

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La trágica muerte de Juan Izquierdo, un futbolista uruguayo que formaba parte del Club Nacional de Montevideo, ha generado una ola de inquietud en el ámbito del deporte profesional, especialmente en lo referente a la salud de los atletas de alto rendimiento.

Izquierdo, quien sufrió una arritmia cardíaca durante un partido de la Copa Libertadores, perdió la vida después de que perdió el conocimiento en el campo de juego.

A pesar de los esfuerzos de reanimación y su traslado a la terapia intensiva del hospital San Pedro, no pudo superar la crisis.

El incidente ha recordado a la comunidad deportiva la gravedad de las patologías cardíacas que, en años recientes, han influido en la vida y carrera de varios futbolistas.

Es crucial mencionar el caso de Christian Eriksen, quien en un partido de la Eurocopa 2021 también sufrió un colapso debido a un paro cardíaco.

Eriksen recibió atención inmediata, lo que resultó decisivo para su supervivencia.

Sin embargo, el protocolo de atención en el estadio donde Izquierdo jugaba ha sido puesto en tela de juicio.

Norberto Debbag, un renombrado cardiólogo y médico deportivo, ha señalado que la rapidez de la intervención es vital.

Según el especialista, 'los primeros cuatro minutos son esenciales' para la reanimación eficaz de un paciente.

En el caso de Izquierdo, hay dudas sobre si recibió atención a tiempo, lo que podría haber marcado una diferencia en su estado de salud.

Es relevante mencionar que, en 2014, el futbolista había sido diagnosticado con una arritmia cardíaca durante un chequeo médico.

Sin embargo, durante la última década, no había mostrado síntomas que pusieran en riesgo su carrera deportiva.

Esta situación resalta la importancia de los chequeos médicos constantes para los deportistas, pero también la necesidad de protocolos claros y equipos adecuados en cada evento deportivo.

Las arritmias, como el caso presentado por Debbag, pueden ser congénitas o adquiridas, lo que añade otra capa de complejidad a la salud de los deportistas.


En el caso de Sergio Agüero, por ejemplo, el reconocido delantero argentino fue obligado a retirarse debido a un diagnóstico similar.

Los deportistas a menudo se enfrentan a presiones extremas que pueden agravar condiciones preexistentes, lo que pone de manifiesto que el deporte de élite muchas veces pone en riesgo la salud de los atletas.

Hasta la fecha, muchas ligas y federaciones han hecho poco para asegurar que las ambulancias presentes estén equipadas adecuadamente y que el personal esté debidamente preparado para actuar en emergencias.

Debbag destaca que no solo se requiere la presencia de un médico, sino que este debe ser especializado en emergencias cardíacas.

La falta de preparación puede ser fatal en situaciones críticas.

Además, la capacitación en maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) debería ser un requisito no solo para los jugadores, sino también para árbitros y personal técnico.

'Las manos salvan vidas', subraya Debbag, reiterando que la formación en RCP podría hacer una diferencia crucial en momentos críticos.

A lo largo de su carrera, él ha liderado iniciativas educativas para asegurar que los futuros jugadores estén capacitados no solo para competir, sino también para ayudar a sus compañeros en caso de emergencias.

El lamentable fallecimiento de Juan Izquierdo es un recordatorio de la urgencia de un cambio en la forma en que se aborda la salud y la emergencia en el deporte profesional.

Las lecciones aprendidas en tragedias pasadas deben integrarse en el protocolo actual para garantizar la seguridad de los jugadores.

La comunidad deportiva tiene la responsabilidad de actuar y asegurar que ninguna otra vida se pierda debido a la falta de preparación y de atención médica adecuada.