El rugby argentino vive un momento especial con la vuelta de Matías Orlando a Huirapuca, club en el que se formó, tras diez años de trayectoria profesional. Orlando, quien también es integrante del seleccionado nacional, decidió posponer su luna de miel para sumarse a los entrenamientos y disputar el torneo regional del NOA.

La decisión fue tomada con total convicción, y fue el propio jugador quien compartió que, tras comprometerse con su esposa Victoria Ricci, le comunicó que quería volver a jugar y que daría todo de sí en esta nueva etapa.
El regreso de Orlando se produce en un momento en que el #rugby argentino está en auge, con una base de jugadores que combina experiencia y renovación.
A sus 33 años, el centro y segunda línea, que debutó en Los Pumas en 2012 y acumula una importante cantidad de partidos internacionales, busca disfrutar de su pasión y aportar desde su experiencia al equipo tucumano.
Para él, no se trata solo de un partido aislado, sino de un compromiso que durará al menos tres meses, en los que planea participar activamente en el torneo regional del NOA.
Este torneo, que comprende a los mejores clubes del norte argentino, es una vitrina importante para el rugby de esa región y un escalón clave para justificar su retorno al deporte competitivo.
Orlando ya ha participado en varios entrenamientos con el equipo, y las expectativas están puestas en su debut, que podría ocurrir en la primera fecha contra Los Tarcos, uno de los equipos tradicionales del torneo.
Correspondiente a la Major League Rugby en Estados Unidos
En su último encuentro oficial, Orlando salió a la cancha el 15 de junio en la semifinal contra los Miami Sharks, correspondiente a la Major League Rugby en Estados Unidos, donde dejó demostrado que, a pesar del tiempo alejado, mantiene un nivel competitivo alto.
Antes del casamiento, el jugador había entrenado con el club, pero aún sin haber formalizado su pase completo. La noticia causó revuelo en la comunidad del rugby tucumano, que celebra su retorno.
En cuanto a su futuro internacional, Orlando confesó que sigue aspirando a representar otra vez a Los Pumas, aunque reconoce la competencia y el buen nivel de los jóvenes que forman parte del seleccionado.
Fue llamado en varias ocasiones para integrar las ventanas internacionales y amistosos, siempre mostrando un compromiso y profesionalismo que resaltan en ambas instituciones.
Su historia no solo es una muestra de amor por su club y el deporte, sino también un símbolo del espíritu de superación y pasión que caracteriza al rugby argentino.
El hecho de que en su casamiento hayan asistido varios ex compañeros, como Nicolás Sánchez, Guido Petti y Emiliano Boffelli, refleja la estrecha relación que mantiene con sus colegas y el cariño que le tiene la comunidad.