El exjugador de Los Pumas, Juan Martín Hernández, comparte su experiencia y evolución desde el rugby hacia el golf en su nueva faceta como embajador de la disciplina.

Juan Martín Hernández, conocido por sus habilidades en el rugby, ha ganado reconocimiento mundial como un ícono de este deporte.

Tras su incorporación al salón de la fama de World Rugby en 2023, su apodo "El Mago" resuena en el imaginario colectivo, especialmente entre los aficionados de Los Pumas, el equipo nacional argentino.

Hernández no solo es famoso por su desempeño en el rugby, donde participó en tres Copas del Mundo y contribuyó al histórico tercer lugar de Argentina en 2007, sino que proviene de una familia con un fuerte vínculo deportivo.

Su hermana, María de la Paz, es campeona mundial de hockey, y su tío, Patricio, formó parte del seleccionado argentino de fútbol en el Mundial de 1982. Esta pasión familiar por el deporte se manifiesta desde su niñez en San Nicolás, donde varios miembros de su familia han destacado en diversas disciplinas.

Luego de finalizar su carrera profesional en el rugby, Hernández se aventuró en el tenis y el pádel, pero fue el golf lo que lo cautivó por completo.

"Felipe me dijo: '¿Por qué no pruebas con el golf?', y desde entonces me he dejado llevar por esta nueva pasión", cuenta el expuma desde el Golf Club de Pilar.

Felipe, su compañero de equipo y actual entrenador, ha sido una influencia clave en esta nueva etapa que ha emprendido.

Hernández ahora actúa como embajador de desarrollo del golf en América Latina, un rol que le permite combinar su amor por el deporte con su deseo de impulsar esta disciplina en la región.

Esto se revela en sus interacciones con otros exjugadores y talentos emergentes, a quienes practica y entrena en ocasiones.

Así, él se convierte en un referente que acompaña a la selección de rugby tanto desde el campo como en su nueva faceta como comentarista en ESPN.

Analizando el rendimiento de Los Pumas, Hernández menciona la reciente polémica sobre la elección de aperturas.

"La discusión existía hasta que se implementó el cambio de Albornoz por Carreras.

Es común que haya un debate sobre el estilo de juego y la adecuación del jugador a este.

El hecho de que Carreras haya brillado como apertura y haya vencido a los All Blacks en dos ocasiones demuestra la calidad de los jugadores disponibles.

La competencia interna solo mejora el rendimiento del equipo", señala.

Reflexionando sobre la evolución del equipo y la planificación del cuerpo técnico, Hernández destaca la importancia de gestionar las convocatorias y la preparación de los jugadores.

Además, sorprendido por el progreso en el juego colectivo, indica cómo, pese a la falta de dominio en ciertas formaciones fijas, la conexión y la fluidez en ataque han mejorado notablemente en poco tiempo.

"Mi conexión con el golf ha sido una revelación.

Al igual que en el rugby, aquí también se encuentra el deseo de superarme constantemente y competir con los demás.

Jugar al golf es un desafío individual que alimenta mi necesidad de mejorar", explica Hernández, quien desea continuar su camino en esta disciplina.

Su meta es competir a nivel aficionado, aunque sea a un nivel amateur.

Hernández cuenta que disfruta jugar con otros ex Pumas y se siente parte de una comunidad que valora tanto el rugby como el golf.

"Lo único de lo que me arrepiento es no haber empezado antes con el golf", concluye.

Así, Juan Martín Hernández no solo deja un legado en el rugby argentino, sino que también se prepara para escribir un nuevo capítulo en su vida en el verde campo de golf.