El equipo de River Plate perdió 2-0 en Tucumán en un encuentro en el que Marcelo Gallardo optó por un once con muchos juveniles y suplentes, lo que generó dudas sobre la estrategia del club en la competición local frente a la importancia de la revancha contra Palmeiras. La derrota dejó al equipo sin la punta de su zona y puso en discusión la dosis de riesgo que asumió en el torneo doméstico.

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La decisión de priorizar una jornada de descanso y preparación para la próxima semana, en la revancha de la Copa Libertadores contra Palmeiras, dejó en evidencia las limitaciones del equipo en el torneo local.

La derrota en El Jardín de la República fue un golpe duro, ya que además de afrontar una caída en el marcador, River perdió la posición en su grupo y el invicto que mantenía en el campeonato nacional.

Históricamente, #River Plate ha sido uno de los clubes más destacados del #fútbol argentino y sudamericano, conocido por su filosofía de formación de talentos y su capacidad para competir en múltiples frentes.

Sin embargo, en los últimos años, las decisiones técnicas del cuerpo técnico a cargo de Gallardo han elevado las expectativas, buscando equilibrar la presencia de titulares en todos los torneos.

La estrategia del viernes pasado, donde se cuidaron a figuras como Enzo Pérez, Franco Armani, Germán Pezzella, Marcos Acuña y Nacho Fernández, fue vista como un sacrificado sacrificio en medio de una temporada exigente.

El debut de Agustín De la Cuesta, un joven mediocampista de apenas 19 años, fue simbólico de esa apuesta de mirar hacia adelante. A pesar de ello, la realidad dejó en claro que los juveniles todavía requieren de respaldo para afrontar la dureza del fútbol profesional argentino, en donde #Atlético Tucumán fue un rival que sacó ventaja en intensidad y actitud.

El conjunto local, dirigido por Lucas Pusineri y con experiencia en la divisoria superior, salió con una propuesta agresiva desde el inicio, dominando el encuentro en muchas fases y aprovechando cada error del cuadro millonario.

Desde el comienzo, Atlético Tucumán mostró una postura ofensiva, presionando en campo contrario, y buscando aprovechar cada aproximación para generar peligro.

En una jugada que fue anulada por offside, Leandro Díaz mostró su capacidad en el área rival, pero esa oportunidad quedó en el debe. Luego, la defensa de River, desordenada y con poca coordinación, sufrió ante los constantes ataques y centros peligrosos. La diferencia se hizo manifiesta en la primera mitad, cuando el paraguayo Clever Ferreira anotó tras un córner mal despejado por la zaga visitante, poniendo en ventaja a los locales.

El panorama no mejoró en el segundo tiempo, a pesar de los ajustes del entrenador. Sin presencia en la ofensiva y con poca circulación del balón, River lució desordenado y sin ideas claras. La inclusión de jugadores como Matías Galarza y Quinteros intentó darle más presencia en la creación, pero no lograron concretar las acciones de riesgo.

La sensación en la hinchada fue que el equipo estaba incómodo, sin el peso necesario para sostener la pelota o buscar el empate.

Leandro Díaz tomó la pelota y con remate potente selló la victoria para Atlético Tucumán

El momento decisivo llegó cuando Boselli fue derribado en el área por Laméndola, en una falta que el árbitro no dudó en sancionar como penal. Leandro Díaz tomó la pelota y con remate potente selló la victoria para Atlético Tucumán, que así cortó una racha negativa y volvió a posicionarse como uno de los equipos favoritos a clasificar dentro de su zona.

Este resultado no solo refleja las dificultades del equipo en una jornada donde decidió priorizar otros frentes, sino que también abrió un debate interno.

¿Fue acertada la decisión de Gallardo de arriesgar tanto en el torneo local sacrificando su competitividad en la liga? La recuperación y la confianza aún están en marcha, y ahora el foco está puesto en la revancha contra Palmeiras.

Sin embargo, la derrota en Tucumán sirvió para recordar que el fútbol argentino exige presencia y experiencia, elementos que no siempre se pueden reemplazar con juveniles sin el apoyo adecuado.

Desde la historia del club, que ha sido un férreo embajador del fútbol de calidad en Sudamérica, hasta los momentos actuales, la lucha por mantener los estándares siempre ha requerido decisiones difíciles.

En este contexto, la derrota en Tucumán será un recuerdo que marcas en la historia reciente del club y que invita a analizar si estos riesgos balbuceantes en el torneo doméstico ayudan o entorpecen los objetivos a largo plazo.