Cuatro jugadoras de River Plate fueron detenidas en Brasil tras un partido marcado por gestos discriminatorios. La situación legal es compleja y el club argentino responde ante las acusaciones.
La reciente controversia en torno a las jugadoras de River Plate ha remecido el mundo del fútbol femenino, luego de que un partido contra Gremio en el marco de la Brasil Ladies Cup 2024 terminara en un escándalo.
Cuatro futbolistas del equipo argentino —Candela Díaz, Camila Duarte, Juana Cángaro y Milagros Díaz— fueron arrestadas en Brasil debido a acusaciones de conductas discriminatorias hacia sus contrincantes brasileñas.
La detención de estas jugadoras ha generado un gran revuelo, y han pasado casi tres días desde que las autoridades iniciaron los procedimientos en su contra.
En estos momentos, la defensa legal de las futbolistas ha solicitado un hábeas corpus, buscando que puedan regresar a Argentina y pasar las festividades de fin de año junto a sus familias.
Sin embargo, la situación se complica debido a la exigencia legal que impone que el juez debe convocar a una audiencia en un plazo de 24 horas para deliberar sobre el caso.
A medida que se desarrolla esta situación, la dirigencia de River Plate se mantiene en constante comunicación con los abogados que se envió a Brasil para abordar el asunto, y está en contacto con los familiares de las jugadoras para ofrecerles apoyo y tranquilidad en este difícil momento.
El partido, que se disputó el pasado fin de semana en San Pablo, fue suspendido en el primer tiempo con un marcador igualado de 1 a 1 luego de que los incidentes estallaran.
En los primeros minutos, River Plate se había adelantado en el marcador gracias a un gol de cabeza de Julieta Romero, a los 4 minutos.
Sin embargo, Gremio logró empatar a los 30 minutos con una anotación de María Días, lo que generó tensiones y provocaciones entre ambas plantillas.
Durante la celebración del gol por parte de Gremio, jugadoras de River Plate se vieron envueltas en una discusión, lo que finalmente llevó a la expulsión de Cángaro, desencadenando un clima hostil.
La situación escaló aún más cuando las jugadoras argentinas se enfrentaron a un alcanzapelotas, que aparentemente las había ofendido, resultando en un intercambio de empujones y confrontaciones.
La entrenadora de Gremio, Thaissan Passos, declaró que un grupo de jugadoras de River hizo gestos ofensivos, lo que fue posteriormente condenado por el club argentino.
Desde la cuenta oficial del equipo femenino, River Plate expresó su rechazo absoluto a los actos discriminatorios y aseguró que se llevarán a cabo las sanciones necesarias para abordar esta situación.
Este episodio no solo empaña la imagen de River Plate y su participación en el torneo —donde no lograron sumar victorias— sino que también refleja problemas más profundos en el deporte que deben ser enfrentados.
Las acusaciones de racismo en Brasil son tomadas muy en serio y a menudo conllevan consecuencias severas.
El hecho de que River Plate no haya podido ganar en el torneo, siendo sancionado con una derrota administrativa contra Gremio, también impacta negativamente en la reputación institucional del club.
Sin duda, este evento ha puesto de manifiesto que el camino hacia la igualdad y el respeto dentro del deporte aún enfrenta grandes desafíos.
La esperanza es que incidentes como este puedan servir de lección para fomentar un ambiente más inclusivo y respetuoso en el futuro.