El club argentino inicia acciones legales contra el empresario estadounidense por incidentes en la transferencia de su mediocampista.

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La denuncia fue interpuesta el martes pasado por el apoderado de River, Julio Peña Estrada, y se basa en los delitos de "estafa y defraudación". Según el club, estas acciones han provocado serios daños a su patrimonio y han desbaratado derechos concertados.

La controversia se originó en la inminente rescisión del contrato de Villagra, quien fue presentado recientemente en el CSKA de Moscú. River sostiene que existió un acuerdo verbal para que Gillett financiara la cláusula de rescisión del jugador, que ascendería a aproximadamente 9 millones de euros.

Sin embargo, la progresión de la negociación se complicó, y la situación llegó a un punto insostenible, obligando al club a buscar alternativas para el futbolista.

La denuncia incluye a Juan Manuel Cobián, identificado como CEO del grupo de Gillett, así como a otros posibles cómplices involucrados en el proceso.

En este contexto, River ha solicitado a la Justicia la realización urgente de un allanamiento en las oficinas de Tofoni, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en San Martín.

La intención es asegurar la obtención de documentos relevantes para la investigación, incluyendo escritos, computadoras y otros dispositivos que puedan contener información sobre la transacción.

Este conflicto no es un caso aislado en el ámbito del #fútbol argentino

Este conflicto no es un caso aislado en el ámbito del fútbol argentino. Históricamente, los problemas legales y las disputas contractuales han sido comunes, especialmente cuando involucran a agentes y empresarios en procesos de transferencias.

El impacto de estas situaciones ha llevado a clubs a tener que lidiar con complicaciones financieras y de imagen, además de los costos directos de las demandas.

El reciente traspaso de Villagra se produjo tras un período de incertidumbre. Aunque inicialmente se esperaba una salida rápida, el jugador tuvo que entrenar en solitario durante varias semanas, sin claridad sobre su futuro. Finalmente, días atrás, se concretó su pase al CSKA, cerrando así la saga que había comenzado con una aparente promesa de Gillett.

En respuesta a las acusaciones, Tofoni ha declarado que no existe fundamento en las denuncias, afirmando que no hubo un contrato formalizado entre las partes.

Sustenta su defensa indicando que la falta de un acuerdo firmado impide cualquier tipo de reclamo por daños. Estas declaraciones han generado más controversia y dudas entre los aficionados y analistas del fútbol, quienes están a la expectativa sobre cómo se desarrollarán los acontecimientos legales.

La tensión entre los clubes argentinos y los empresarios extranjeros es una realidad palpable, especialmente con la llegada de figuras como Gillett, que prometieron revolucionar la industria del deporte en el país.