El gigante del fútbol argentino pasa por su peor momento en años, con resultados negativos, falta de identidad y una situación comprometida para clasificar a competiciones internacionales en 2026. El equipo, que hace poco tiempo dominaba con Gallardo, hoy enfrenta una crisis que amenaza su historia.

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Desde hace varias semanas, el equipo no logra encontrar su ritmo habitual, perdiendo partidos que antes hubieran sido considerados competitivos o incluso victorias.

La reciente derrota en el estadio Monumental frente a Sarmiento no solo significó una caída más en la tabla, sino que también evidenció la pérdida de la identidad que caracterizó a River en sus épocas doradas.

El actual ciclo de Marcelo Gallardo, que comenzó en 2014 y consolidó múltiples títulos internacionales y locales, parece haber llegado a su fin, o al menos a una etapa de gran incertidumbre.

En sus primeros años, #River Plate fue un equipo que se caracterizó por su presión intensa, juego colectivo, solidez defensiva y capacidad goleadora.

El equipo conquistó dos Copas Libertadores consecutivas en 2015 y 2018, además de múltiples campeonatos nacionales, y logró un estilo que lo diferenció en el #fútbol argentino e internacional.

Sin embargo, en estos últimos tiempos, la dinámica cambió. La pérdida de forma, la falta de gol y las desorganizaciones en defensa han sido protagonistas en los partidos recientes. Lo que antes era un equipo imparable ahora parece una sombra de sí mismo, sobre todo en partidos donde se espera una reacción y un esfuerzo colectivo.

La crisis también tiene un impacto económico en el club. La clasificación a la #Copa Libertadores es clave para la economía del equipo, ya que en 2025, sin participación en el torneo, River dejaría de recibir millones de euros en ingresos por derechos de transmisión, patrocinios y ventas de entradas.

La participación en la Libertadores ha sido una constante para River en las últimas 11 temporadas consecutivas, un período que refleja su nivel y su peso en el fútbol continental.

Este cuadro de situación se agrava con la necesidad de lograr pronto la clasificación a la edición 2026 del certamen, que parece cada vez más comprometida debido a los resultados adversos.

Aunque la #Copa Argentina representa una vía rápida para obtener un título y asegurarse un lugar en la próxima Libertadores

Aunque la Copa Argentina representa una vía rápida para obtener un título y asegurarse un lugar en la próxima Libertadores, el equipo no termina de convencer a su hinchada, que empieza a expresar su descontento con gestos de frustración y cánticos en los estadios.

River también enfrenta una serie de desafíos tácticos y de plantel. A pesar de las inversiones realizadas en los últimos mercados de pases, el equipo sigue desequilibrado, con déficit en la mitad del campo y sin un ‘5’ natural en la mayoría de los partidos recientes.

La falta de una estructura sólida y de un juego definido ha dejado al técnico Gallardo en una situación difícil, con muchas críticas surgidas desde el público y los analistas.

Históricamente, River ha sido uno de los clubes más grandes de Argentina y Sudamérica, destacándose por su cantera y por jugadores que marcaron época.

Deportes como el fútbol argentino en sí han visto grandes ciclos de éxito, pero también periodos de crisis, como los que atravesaron clubes históricos como Boca Juniors, Independiente o Racing.

La recuperación de River pasará, sin duda, por la reafirmación de su identidad futbolística y por encontrar ese juego que lo catapultó al éxito en el pasado.

Mientras tanto, los próximos partidos son cruciales. La visita a Talleres el sábado, donde River busca cortar una racha de cuatro derrotas consecutivas en el torneo local, será un punto de inflexión. También, la expectativa de avanzar a la final de la Copa Argentina, un torneo que en 2024 le daría una vía rápida para llegar a la Libertadores, aumenta la presión sobre Gallardo y sus dirigidos.

El escenario no es fácil, pero la historia de River demuestra que, con trabajo y un cambio de rumbo, puede volver a la senda del éxito. La hinchada, consciente de la magnitud del desafío, sigue apoyando, aunque los murmullos de desconfianza empiezan a escuchar en los rincones del Monumental.