El equipo de River Plate finaliza la primera parte de 2025 con un rendimiento irregular, resultados polémicos y la esperanza de recuperar el nivel mostrado en meses anteriores, mientras se prepara para el Mundial de Clubes en Estados Unidos.

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El cierre de la primera mitad de 2025 en el fútbol argentino dejó a River Plate con un sabor agridulce. Tras un empate 1-1 como local frente a Universitario, el equipo finalizó esta etapa con desafíos pendientes y reflexiones sobre su rendimiento general.

El resultado, en un estadio Monumental lleno, refleja una temporada que ha tenido altibajos y que plantea preguntas para el segundo semestre del año.

Desde el inicio del año, River mostró una tendencia fluctuante. Los primeros meses fueron complicados, con rendimientos bajos, partidos poco brillantes y una escasez de eficacia en la ofensiva. En los primeros 17 encuentros, el equipo marcó solo 15 goles, una cifra que evidencia las dificultades en la generación y concreción de oportunidades.

Sin embargo, después de esa etapa inicial, el equipo logró mejorar su rendimiento notablemente a partir del enfrentamiento contra Gimnasia, donde su capacidad goleadora se incrementó y empezó a hacerse más presente en el marcador, anotando 25 tantos en solo 9 partidos.

A pesar de estos avances, River no pudo disputar la final del Torneo Apertura ni consagrarse campeón, siendo eliminado en penales por Platense. Esta derrota no solo fue un golpe emocional, sino también un recordatorio de las dificultades que aún persisten, especialmente por una racha negativa en los penales, con ocho remates consecutivos fallados desde esa tanda decisiva.

El técnico Marcelo Gallardo no ocultó su insatisfacción tras el empate ante Universitario. En la rueda de prensa posterior, expresó que el equipo no se sintió cómodo con el resultado y dejó en claro que el objetivo debe ser recuperar el ritmo y la intensidad que caracterizaron a los momentos de mejor rendimiento a mediados de año.

"No nos gustó terminar así, nuestro objetivo es volver a ese nivel y mantener esa dinámica que encontramos en abril y mayo", afirmó Gallardo, quien ha dirigido al equipo durante una etapa clave de avances y desafíos.

En esa misma línea, el estratega señaló que durante ese período de auge, River generaba entusiasmo tanto en hinchas como en jugadores, y que esa energía era imprescindible para afrontar el segundo semestre con optimismo.

La expectativa es que el equipo recupere esa confianza, especialmente tras un breve descanso que sirva para fortalecer la preparación física y mental.

Uno de los aspectos destacados del semestre fue la aparición de Franco Mastantuono, un promisorio delantero de 17 años con potencial para llegar a la selección nacional y estatus mundial.

Mastantuono contribuyó con goles importantes y fue clave en la remontada del equipo en ciertos partidos. Su irrupción en el plantel fue vista como una de las grandes noticias y un símbolo del trabajo de las inferiores, que buscan nutrir al primer equipo con talento joven.

Por otro lado, el rendimiento global también estuvo marcado por lesiones. Más de 20 jugadores sufrieron problemas físicos desde el inicio del año, incluyendo a figuras como Gonzalo Montiel, Paulo Díaz, Maxi Meza, Matías Rojas y Leandro González Pirez, quienes continúan en recuperación.

La plaga de lesiones afectó la continuidad y la adaptación del equipo, generando desafíos en la planificación y en la confianza colectiva.

En el plano internacional, River tuvo momentos destacados en la Copa Libertadores, clasificándose en primer lugar en su grupo y logrando victorias relevantes como el Superclásico contra Boca Juniors en el Monumental, una de las mayores alegrías del semestre.

El rendimiento en la competición continental mostró que, con estabilidad y un esquema definido, el equipo puede competir de igual a igual con los principales clubes latinoamericanos.

A nivel histórico, River Plate es uno de los clubes más laureados de Argentina y del continente, con títulos internacionales e nacionales que marcan su prestigio desde hace más de un siglo.

La institución ha sabido mantener su vigencia enfrentando distintas épocas de crisis y éxito, adaptándose a los cambios del fútbol mundial y argentino.

De cara al futuro, Gallardo y su cuerpo técnico buscarán volver a esa versión del equipo que brilló en meses anteriores, conformando un plantel confiable, compacto y con juego convincente que pueda plasmar sus ideas en cada partido.

La intención será fortalecer ese espíritu competitivo que llevó a River a ser uno de los clubes más respetados del continente, mientras trabaja para superar las dificultades y potenciar a sus jóvenes promesas como Mastantuono.

Este período de mitad de año ha sido un período de enseñanza y consolidación. Ahora, con la llegada del segundo semestre, las expectativas están puestas en que el equipo pueda revertir los momentos de duda y volver a ser protagonista en todos los frentes, con la mira puesta en los objetivos nacionales e internacionales.

La historia de River Plate dice que, con trabajo y perseverancia, siempre es posible volver a la senda del éxito.