El equipo de Marcelo Gallardo sufrió una derrota y un empate en sus últimos encuentros antes del inicio del Mundial de Clubes, dejando dudas en su desempeño. La dependencia de Franco Mastantuono quedó evidenciada en el partido contra Universitario, en una noche que terminó con el equipo en un buen puesto en la fase de grupos pero con problemas por resolver.

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El ciclo de buen rendimiento de River Plate entre mediados de abril y mayo parece haber llegado a su fin tras varias dificultades en sus últimos partidos.

Después de una eliminación temprana en el Torneo Apertura a manos de Platense, el equipo dirigido por Marcelo Gallardo enfrentó una actuación débil ante Universitario de Perú.

El encuentro, disputado en el estadio Monumental de Buenos Aires, finalizó con un marcador de 1-1. Para el conjunto peruano, el resultado fue una celebración, ya que significó su clasificación a la siguiente fase, dejando a River con un sabor agridulce, a pesar de haber asegurado ya su lugar en los octavos de final y mantenerse en la cima del grupo.

Este empate, además, le impidió al equipo millonario quedar en segundo lugar del grupo y disputar la revancha en condiciones favorables, lo que podría haber facilitado su camino en la competición internacional.

La derrota o, en su defecto, el empate, mostraron que River volvió a presentar fallas en su desempeño. El equipo, que en los primeros meses del año había tenido un rendimiento destacado, ahora se muestra vulnerable, especialmente en la zona defensiva, y con dificultades para generar juego ofensivo claro.

En el segundo tiempo, se evidenció aún más la falta de ideas para superar una defensa peruana organizada y que cerraba todos los caminos. A lo largo del encuentro, River dominó la posesión, pero sin recursos efectivos para crear situaciones de gol. En varias ocasiones, sus avances se diluían en pelotazos fáciles de interceptar por parte del líbero de Universitario, Riveros, quien volvió a destacar en su rendimiento.

Uno de los aspectos que resaltó en el partido fue la notable participación de Franco Mastantuono. El joven futbolista argentino, natural de Azul, volvió a demostrar su talento en el campo, destacándose con su pie izquierdo en los primeros minutos.

Desde el inicio, Mastantuono fue una de las piezas clave, generando juego, triangulaciones y pases filtrados con precisión. Su desempeño generó oportunidades de gol, una de ellas, una asistencia a Sebastián Driussi que terminó en un remate que se fue desviado por poco. También intentó marcar él mismo, aunque sin precisión en las definiciones. La dependencia del equipo en Mastantuono fue evidente, en línea con lo que ha ocurrido en meses recientes, donde el ataque del equipo ha girado en torno a su talento.

El sistema de juego, enfocado en la banda derecha, con Mastantuono y Bustos por ese sector, trataba de abrir caminos a través de pases y diagonales, pero la defensa peruana supo cerrarse bien y evitar que River encontrara huecos claros.

La estrategia ofensiva no fue suficiente para superar a un rival que se cerró con orden, y las oportunidades crearon pocas disparidades en el marcador.

La apertura del marcador llegó por un centro de Marcos Acuña, quien encontró en el segundo palo a Nacho Fernández, que tras un remate y un rebote, Colidio logró empujar a la red en una jugada que fue revisada por el VAR por una posición dudosa, pero finalmente validada.

La expectativa del equipo en ganar tranquilidad tras el gol se vino abajo al poco tiempo. River cometió una falta infantil cerca de su área, que Universitario capitalizó con un disparo potente de Jairo Concha, en el día de su cumpleaños 26, y que venció a Armani.

La jugada dejó dudas por una posible posición adelantada, pero fue válida tras la revisión.

En la segunda parte, Gallardo intentó revivir al equipo con cambios en el mediocampo, ingresando a Lanzini por Nacho Fernández y más tarde a Borja, pero las posibilidades de ataque del equipo argentino no prosperaron.

River perdió su impulso durante el segundo tiempo, dejando espacios y prácticamente sin ideas para llegar al arco rival. Los minutos transcurrían y la defensa peruana se cerraba sin problemas, mientras que el arquero Britos apenas si tuvo que intervenir. Al final, River Plate se despidió de su estadio con un empate y una imagen que no satisface a la hinchada, mientras que Universitario celebra un histórico pase a la siguiente fase, consolidando su crecimiento en el fútbol sudamericano.

Este rendimiento reciente genera preocupaciones en el entorno de River, que ahora se prepara para afrontar el Mundial de Clubes en cuestión de semanas, un torneo en el que generalmente se espera que los equipos sudamericanos den la talla.

La dependencia de figuras como Mastantuono pone en evidencia la necesidad de fortalecer otras áreas del plantel para afrontar con mayor solidez los compromisos internacionales que están por venir.

La prensa y los analistas deportivos destacan que, si bien la clasificación está asegurada, la imagen mostrada en estos partidos invita a reflexionar sobre las metas del equipo y la mejora que necesita en su juego para poder celebrar logros mayores en el escenario global.