Martín Demichelis concluye su ciclo como entrenador de River Plate después de 20 meses, en medio de críticas por el rendimiento y las relaciones con los jugadores.
El ciclo de Martín Demichelis al frente de River Plate ha llegado a su fin, una conclusión que parecía cada vez más inminente.
La decisión se tomó tras una reunión crucial que tuvo lugar durante el entrenamiento del pasado sábado en el Monumental.
En ese encuentro, Jorge Brito, Matías Patanian y Enzo Francescoli discutieron con el técnico sobre los resultados y el rendimiento del equipo, vislumbrando que tras el próximo partido contra Sarmiento, Demichelis no continuaría como entrenador.
Demichelis ocupó el banquillo de River durante 20 meses, en los cuales logró conquistar tres títulos, incluyendo la Liga Profesional, el Trofeo de Campeones y la Supercopa Argentina.
Sin embargo, su mandato fue opacado por la falta de una identidad clara en el equipo, especialmente después del primer semestre de 2023, donde logró una notable campaña.
A partir de entonces, el equipo entró en un periodo de turbulencias, tanto dentro del terreno de juego como en el vestuario, donde las tensiones comenzaron a aflorar.
La relación con los jugadores se deterioró, y las decisiones tácticas erróneas sumaron críticas por parte de los aficionados.
Un evento que marcó un hito en su gestión fue la confrontación con Enzo Pérez, un referente del plantel.
Este episodio se hizo visible durante un partido en Santiago del Estero, donde Pérez ignoró el saludo del entrenador, lo que dejó a los hinchas cuestionándose sobre la continuidad del técnico.
Las redes sociales comenzaron a reflejar ese descontento, y aunque al principio se le otorgó un margen de confianza, tras la eliminación ante Boca Juniors en la Copa de la Liga, los silbidos y rechazos no se hicieron esperar en las gradas.
La comunicación de Demichelis con el grupo de jugadores también dejó mucho que desear.
En reiteradas ocasiones, sus declaraciones en conferencias fueron objeto de burla debido a su vaguedad y falta de conexión con la realidad del partido.
Cuando se le preguntó sobre la inclusión de Nacho Fernández en el once titular, su respuesta y las decisiones subsiguientes generaron desconcierto entre los aficionados y los propios jugadores.
Históricamente, Demichelis llegó a River con la intención de reponer la figura de Marcelo Gallardo, tras su partida.
Su contratación fue vista como una apuesta valiente, y su inicio fue prometedor con un título en su primer torneo.
Sin embargo, esa imagen de grandeza se ha desvanecido rápidamente.
El entrenador nunca pudo consolidar un estilo de juego definido, añadiendo confusión con cambios constantes en la alineación y esquemas que no acomodaban a los jugadores a sus capacidades.
A medida que los desafíos aumentaban, la esperanza que había acompañado su llegada se transformó en una pesadilla para los hinchas de River.
Con su partida, algunos ya especulan sobre posibles sucesores que puedan devolver al club la identidad y el rendimiento que tanto anhelan sus seguidores.
La historia de Demichelis en River, que comenzó con tanto entusiasmo, terminará siendo recordada como una etapa de desencuentros y expectativas no cumplidas.