La pasión de los hinchas de River Plate se manifestó en un banderazo en Venice Beach, Los Ángeles, en vísperas del enfrentamiento por los octavos de final del Mundial de Clubes. Cerca de 15,000 seguidores argentinos vivieron una jornada memorable con música, cánticos y apoyo incondicional desde la Costa Oeste de Estados Unidos.

La jornada, que duró aproximadamente desde las 16 hasta las 20 horas, estuvo marcada por cánticos, banderas, música en vivo y un entusiasmo que no decaía pese a las altas temperaturas en la costa californiana.
Más de 15,000 seguidores argentinos, en su mayoría residentes en la Costa Oeste, se congregaron en este popular destino turístico para apoyar a su club en un momento clave del Mundial de Clubes.
La iniciativa fue organizada por la filial de Los Ángeles, con el respaldo de otras filiales en ciudades como Miami, Brooklyn, Tulum y Playa del Carmen.
La presencia del presidente de River, Jorge Brito, junto a la familia del futbolista Enzo Pérez, resaltó la importancia de la celebración.
Este banderazo no solo fue una muestra de apoyo, sino también una expresión de la identidad y el amor por los colores del club. Los aficionados vinieron con pancartas, banderas de gran tamaño y camisetas tradicionales, formando un mar de rojo y blanco que se extendió a lo largo de la playa.
La música, acompañada por bombos y cantes clásicos, impregnó el ambiente durante varias horas, sin que la alegría y la esperanza decayeran. Las canciones entonadas tenían como objetivo motivar a los jugadores, especialmente en un momento en que el equipo necesita afiliarse y concentrarse en el próximo desafío.
Durante el evento, se escucharon mensajes en aliento del técnico Marcelo Gallardo y de los jugadores, quienes también mostraron su apoyo a través de publicaciones en redes sociales.
Además, muchos de los asistentes aprovecharon para enviar mensajes de ánimo y confianza en que el equipo logrará avanzar en este certamen internacional.
Aunque los hinchas permanecieron optimistas
El minuto previo al partido se vivió con cierta tensión, aunque los hinchas permanecieron optimistas. Algunos de los presentes, como Pocho, llegado desde Buenos Aires, expresaron que la jornada fue una tarde inolvidable y que ahora resta que el equipo demuestre en la cancha toda la fuerza y el respaldo que recibieron en la playa.
Otros, como Matías, desde Ecuador, coincidieron en que la unión y el apoyo en lugares tan lejanos muestran la magnitud de la pasión riverplatense.
Este evento se sumó a una tradición de los seguidores argentinos en el exterior, que buscan mantener viva la llama de su pasión futbolística en cada rincón del mundo.
La historia de River Plate, con sus éxitos y obstáculos, se fortalece con gestos como este, que reflejan la universalidad del fútbol y la identidad de una de las aficiones más leales del fútbol argentino.