Martirena anotó un gol decisivo en el clásico ante Independiente, mientras los entrenadores de ambos equipos intercambiaron críticas sobre el arbitraje y el rendimiento del juego.

En el vibrante escenario del Libertadores de América, Gastón Martirena se erigió como el héroe del encuentro para Racing Club, anotando un gol clave que permitió a su equipo tomar la delantera en el clásico de Avellaneda.
En este partido, Racing se enfrentó a su eterno rival, el Independiente, un encuentro que siempre despierta pasiones y emociones intensas entre los aficionados de ambos equipos.
Martirena abrió el marcador a los 20 minutos del primer tiempo, tras una jugada que comenzó con un robo clave de Juan Nardoni. Este robó permitió que Maravilla Martínez entregara un pase preciso a Maxi Salas, quien, desde la banda izquierda, levantó un centro perfecto para que el uruguayo definiera con potencia, estableciendo así el 1-0 en el marcador.
Era un gol que generaba esperanzas en las gradas de Racing y que se alineaba con la ambición del equipo de salir con los tres puntos de un encuentro crucial.
Sin embargo, tras el descanso, el equipo dirigido por Gustavo Costas se vio sorprendido por la reacción de Independiente. Álvaro Angulo igualó el encuentro y la tensión aumentó en el campo. Mientras el juego avanzaba, el clima se volvía más candente, con un intercambio de palabras entre jugadores y entrenadores que daba cuenta de la tensión del momento.
Martirena, sin esquivar el enfrentamiento verbal, se defendió ante las declaraciones de Julio Vaccari, entrenador del Rojo. Este último había afirmado que Racing era el 'tercer grande' del fútbol argentino, una etiqueta que enarbolaría con firmeza. Martirena no dudo en responder: "Todavía creo que no ganó nada con Independiente. Gustavo llegó y ya ganó dos copas en Racing", haciendo referencia a los recientes triunfos de su equipo bajo la dirección de Costas.
El partido, a pesar del empate, dejó a Martirena con una sensación de insatisfacción. "Me voy caliente con el resultado", explicó el jugador. "Dominamos el partido, especialmente en el primer tiempo, y merecíamos el triunfo. Hicimos todo lo posible y eso es lo que más me fastidia". La frustración del delantero era palpable, especialmente después de que su gol no se tradujera en una victoria y se compartieran los puntos.
Por su parte, Vaccari también se mostró crítico con el resultado, dejando en claro que como entrenador de Independiente, la ambición siempre fue salir a ganar.
"No festejo el empate", subrayó el técnico, que resaltó que su equipo había mostrado un mejor juego en la segunda mitad. "Merecíamos más, luchamos por eso".
Ambos entrenadores, a su manera, intentaron poner de relieve el calibre del encuentro, un clásico en el que las emociones siempre están a flor de piel.
Este duelo es solo un capítulo más en la rica historia del fútbol argentino, un país donde los clásicos no solo son partidos, sino expresiones de identidad y pasiones desbordadas.
A medida que avanza la temporada, será interesante observar cómo estos dos gigantes se siguen midiendo, recordando que en el fútbol, como en la vida, cada encuentro tiene su propia historia que contar.