Nicanor, un niño que lucha contra la leucemia, llega a Buenos Aires para comenzar su tratamiento, en medio de una controversia sobre la recaudación de fondos.
Nicanor, un niño de corta edad que se encuentra batallando contra la leucemia linfoblástica aguda tipo B, ha llegado a Buenos Aires a comienzos de semana, buscando la atención médica que necesita tras un largo viaje de 1.800 kilómetros desde Comodoro Rivadavia. Acompañado por sus padres y dos hermanas, el pequeño se aloja en un departamento proporcionado por el piloto de automovilismo Ariel Pacho, lo que le permite llevar a cabo su tratamiento en el Hospital Garrahan de la capital argentina.
Desde el domingo ha comenzado sus sesiones de radioterapia, un proceso que le espera como parte de su lucha contra esta enfermedad.
Sin embargo, la historia detrás de cómo se financió parte de su tratamiento ha desvelado un oscuro fraude. La madre de Nicanor, Eliana Insaurralde, lanzó una campaña de recaudación que tenía como objetivo reunir 2 millones de pesos argentinos, aproximadamente 6.000 euros, para cubrir los gastos médicos del tratamiento de su hijo. Sin embargo, un individuo del medio automovilístico, Martín Ponte, se apropió de la situación y comenzó a recolectar dinero utilizando una cuenta bancaria fraudulenta, desvirtuando así las buenas intenciones de quienes buscaban ayudar.
Ponte había solicitado ayudas pequeñas de entre 200.000 y 4.000.000 pesos argentinos a diferentes pilotos de automovilismo que se unieron a la causa, estimando obtener una cantidad mucho mayor de la que realmente necesitaba para el tratamiento de Nicanor.
La verdad sobre este engaño salió a la luz durante una reunión de pilotos en Buenos Aires, donde se discutieron las acciones de Ponte y se reconocieron las inconsistencias en sus solicitudes de fondos.
Rubén Salerno, uno de los pilotos que participó en esta reunión, advirtió a otros sobre los antecedentes de Ponte, quien ya había sido conocido por solicitar dinero sin devolverlo.
A pesar de esto, algunos pilotos ya habían transferido cantidades de dinero, incluido Manu Urcera y Fernando Chapur, entre otros. La alarma se encendió cuando se revelaron las distintas versiones sobre la situación de un chiquito llamado Juan Cruz, y el desvío de fondos hacia la cuenta de Ponte en lugar de la madre de Nicanor.
El impacto de este caso ha generado un gran revuelo entre los conocidos de Nicanor y el mundo del automovilismo. A medida que la historia se difundía, muchos se movilizaron para recuperar el dinero que habían entregado a Ponte, y algunos incluso lograron recuperar su dinero, el cual, tras el escándalo, fue enviado directamente a la madre de Nicanor para ayudar a cubrir sus gastos médicos.
La visibilidad del caso aumentó cuando el piloto de Alpine, Franco Colapinto, hizo un llamado en las redes sociales para ayudar a Nicanor, preguntando por el contacto de su madre, lo que dio lugar a que muchos se interesaran en apoyar a la familia, aunque ya habían conseguido el dinero necesario gracias a la solidaridad del ambiente.
Aún en medio de esa tormenta, el pequeño Nicanor continúa su tratamiento en la gran urbe, experimentando su primer viaje a Buenos Aires, mientras la comunidad automovilística se une para garantizar que reciba la atención que necesita, a pesar del desliz provocativo que dude de las intenciones de algunos en su camino a la recuperación.