Los incidentes se produjeron tras el clásico entre Newell's y Rosario Central, generando enfrentamientos entre hinchas y policías.
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Los acontecimientos violentos en el fútbol argentino siguen siendo una preocupación constante, y el clásico rosarino del pasado fin de semana entre Newell's Old Boys y Rosario Central no fue la excepción.
Antes del inicio del partido, ya se habían registrado incidentes que dejaron un saldo severo, como la rotura de un cristal que transportaba al equipo canalla.
Una vez finalizado el encuentro, la tensión se palpó en la zona de palcos, donde un grupo de aficionados hizo visible su descontento dirigiéndose hacia la dirigencia del club.
La situación se agravó rápidamente y salió del control de los organizadores del evento deportivo.
Los sucesos más devastadores ocurrieron en la intersección de la calle Pueyrredón y Pellegrini, donde los hinchas se enfrentaron a la policía. Las escenas de violencia fueron desgarradoras: piedras y otros objetos contundentes volaron en dirección a los agentes responsables de la seguridad. Como resultado, al menos uno de los vehículos policiales sufrió daños significativos, rotura de cristales incluida.
La represión no se hizo esperar, y las fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma, intensificando la situación. Estos incidentes contrastan con lo que debería ser un evento deportivo, donde la pasión por el fútbol debería primar ante la violencia y el descontrol.
Sin embargo, no es la primera vez que los aficionados de Newell's generan preocupación. En un partido reciente ante Defensa y Justicia, también hubo problemas significativos fuera del estadio, lo que llevó a la Comisión de Seguridad a poner atención en la situación.
Antes de esto, en el segundo tiempo del clásico, los hinchas del equipo local habían demorado el juego lanzando proyectiles hacia el arquero de Rosario Central, Fatura Broun.
Su comportamiento durante el encuentro y las subsiguientes reacciones han generado un gran debate sobre el futuro del fútbol en la región.
Históricamente, el clásico rosarino entre Newell's y Rosario Central ha sido sinónimo de fervor y rivalidad, pero esta pasión ha llevado a episodios de violencia que empañan la imagen del deporte.
Las autoridades han declarado que es necesario tomar medidas preventivas para evitar que estos actos se repitan.
La comunidad futbolística y los propios clubes deben reflexionar sobre la manera en que se están llevando a cabo las relaciones entre hinchas, directivas y fuerzas de seguridad.
Renovada presión recae ahora sobre los organismos de seguridad y los responsables de la organización de eventos deportivos, ya que la protección de los espectadores y la integridad física de todos los involucrados debe ser la prioridad para el futuro del fútbol en Argentina.