La crisis interna del Liverpool sale a la luz en un enfrentamiento entre Mohamed Salah y Jurgen Klopp durante el empate 2-2 contra West Ham. La Premier League se complica para los Reds.
El Liverpool está atravesando el final de una era y la crisis interna que se venía disimulando comienza a aflorar de manera pública.
El clima caliente se hizo evidente durante el empate 2-2 contra West Ham, un resultado que prácticamente los aleja de la lucha por el título en la Premier League.
El delantero egipcio, Mohamed Salah, se preparaba para ingresar al campo de juego cuando West Ham igualó el encuentro a los 77 minutos.
En ese momento, se produjo un intenso cruce de palabras y gestos entre Salah y el entrenador Jurgen Klopp, que fue lo suficientemente intenso como para requerir la intervención de otros jugadores.
Posteriormente, en zona mixta, Salah se negó a hacer declaraciones, dejando en el aire la posibilidad de una confrontación pública.
La inminente partida de Klopp al final de la temporada ha dejado al descubierto un ambiente tenso en el Liverpool, exacerbado por los malos resultados deportivos recientes.
Con este amargo empate, el Liverpool prácticamente se despide del título de la Premier League, ocupando el tercer lugar detrás del Arsenal y el Manchester City.
El equipo de Klopp tiene un difícil calendario por delante, con partidos ante equipos difíciles como el Tottenham, el Aston Villa y el Wolverhampton.
El VAR frustró las esperanzas del Liverpool al negarles un penal y el equipo ha demostrado fragilidad defensiva en momentos clave.
La ofensiva liderada por Salah se ve opacada por problemas atrás, lo que ha complicado su posición en la tabla.
Esta situación se ve reflejada en el desempeño del equipo en los últimos partidos, donde los errores defensivos han sido determinantes en los resultados finales.
En definitiva, se vislumbra un final de temporada complicado para los Reds, que deberán superar esta crisis interna si quieren mantenerse en la pelea por el título de la Premier League.