Lionel Messi protagonizó una noche memorable en el estadio Monumental, donde anotó un doblete en su despedida con la selección argentina, dejando una huella imborrable en el fútbol sudamericano.

La noche del jueves en el Estadio Monumental fue uno de esos casos, cuando Lionel Messi, en su despedida oficial con la selección argentina, dejó una huella que trascendió cualquier estadística.
Messi, considerado uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, saltó al campo con el peso de una carrera llena de logros y de una responsabilidad enorme con su país.
En este partido, no solo fue un protagonista en las estadísticas, sino que además mostró todo su talento y emotividad. En el marcador, su doblete en el triunfo 3-0 contra Venezuela quedará en la memoria de los aficionados, pero las cifras personales de Messi muestran un recorrido de fantasía: tocó el balón en 106 ocasiones, completó 68 de 76 pases, realizó cinco habilitaciones clave y acertó en siete de sus ocho intentos de balón largo.
Su actuación fue tan completa que incluso sus errores quedaron en un plano secundario, pues en la historia del fútbol, las emociones y los momentos inolvidables valen más que cualquier número negativo.
La belleza de su primera anotación fue producto de una jugada de ensueño: un pase de cachetada de Leandro Paredes, seguido de un regate maradoneano de Julián Álvarez, culminando con un remate preciso de Messi para colocar el balón en el fondo de la red, pese a la estirada del arquero Rafael Romo.
Ese gol, además, sirvió para ilustrar su liderazgo y su capacidad de convertir en arte situaciones que parecen simples.
Messi también participó en otras jugadas clave del encuentro, como una asistencia hacia Thiago Almada, con un pase a la red que encendió a la afición argentina.
En la cancha, recuperó cuatro balones en 14 duelos y probó en cinco ocasiones al arco rival, aunque todas esas chances se encontraron con la humanidad del arquero venezolano.
Pese a su alto nivel, también cometió una falta, recibió otra y pocas veces fue sancionado por fuera de juego.
Sino por lo que representó a nivel histórico para Messi y para la selección argentina
Este partido fue especial no solo por el triunfo y los goles, sino por lo que representó a nivel histórico para Messi y para la selección argentina.
Con sus dos tantos, elevó a 114 su cantidad de goles con el equipo nacional en 194 partidos, igualando un récord que durante mucho tiempo sostuvo Iván Hurtado, del Ecuador.
Además, alcanzó 36 goles en Eliminatorias en 72 partidos, en un registro sin precedente en la historia del fútbol sudamericano.
La trayectoria de Messi en la selección argentina ha sido impresionante desde sus inicios. A lo largo de más de dos décadas, ha anotado en 19 estadios diferentes en Argentina, incluyendo el Monumental, la Bombonera, el Kempes de Córdoba y otros escenarios emblemáticos.
Sin embargo, curiosamente, no pudo marcar en el estadio Gigante de Arroyito en su natal Rosario ni en el Cementerio de los Elefantes de Colón. A pesar de ello, su legado en cada rincón del país es inmenso.
Su despedida en el Monumental no solo cierra un capítulo importante en su carrera, sino que reafirma su lugar en la historia del fútbol internacional.
La noche del jueves será recordada como uno de esos momentos en los que la pasión, la historia y las habilidades se unen para celebrar a un ídolo que supo conquistar a millones en todo el mundo.