El icónico momento de un padre e hijo jugando en la misma cancha marca un hito en la historia del baloncesto.
El pasado 6 de octubre, el baloncesto vivió un momento sin precedentes en un partido de pretemporada entre Los Angeles Lakers y los Phoenix Suns.
LeBron James, uno de los jugadores más destacados en la historia de la NBA, se unió a su hijo Bronny en la cancha, marcando así el primer encuentro en el que un padre y su hijo compiten en el mismo partido de la liga, y además, vistiendo la misma camiseta.
A pesar de que Los Lakers no lograron llevarse la victoria, el instante en el que ambos compartieron el parqué se convirtió en una imagen histórica que quedará grabada en la memoria colectiva del deporte.
Con una larga lista de logros a lo largo de su carrera, incluyendo varios campeonatos de la NBA y el reconocimiento como máximo anotador de la liga, LeBron ha dejado claro que uno de sus últimos deseos como atleta era llegar a jugar junto a su primogénito.
Este martes, el padre y el hijo estarán nuevamente en el ojo del huracán, puesto que marcarán el debut oficial de Bronny en un juego que enfrenta a los Lakers contra los Minnesota Timberwolves en el Crypto.com Arena de Los Ángeles.
Antes de que comenzara la partida, LeBron decidió hacer una broma a su hijo, llenando su coche de cereales, lo que se convirtió en un divertido momento que fue captado por las cámaras, formando parte de una campaña publicitaria de Nike.
Bronny, que recientemente cumplió 20 años, ha tenido un camino complicado y lleno de presiones.
Su selección por los Lakers durante el 'draft' en segunda ronda, en la posición 55, ha suscitado ciertas expectativas, particularmente considerando que solo ha jugado un año universitario en un rol secundario en la Universidad del Sur de California.
Se ha especulado sobre su futuro, ya que muchos analistas creen que podría ser enviado a jugar a la Liga G, específicamente con los South Bay Lakers, equipo de desarrollo de la franquicia angelina.
"Estoy preparado para asumir un rol de aprendiz en mis primeros años y crecer a partir de eso", comentó Bronny en semanas anteriores.
Con el legado de su padre sobre sus hombros, la presión sobre Bronny es significativa.
Aunque tuvo actuaciones destacadas en partidos de verano, promediando 7 puntos en seis partidos, su efectividad fue cuestionable, con solo un 32,7% en tiros de campo.
No obstante, los dos últimos juegos en los que anotó 12 y 13 puntos, respectivamente, le valieron un reconocimiento sustancial por parte de los aficionados.
El reto es inmenso: demostrar que puede dejar su propia huella en la NBA, más allá de su apellido.
Para LeBron, el legado que puede dejar en la liga es incalculable, pero este nuevo capítulo al lado de su hijo podría ser el más gratificante de su carrera.