Un intenso partido en el Tomás Adolfo Ducó finalizó en empate 3-3, logrando Lanús el punto necesario para su clasificación.
En el emblemático estadio Tomás Adolfo Ducó, donde Barracas Central recibió a Lanús ante no más de mil aficionados, se vivió un intenso duelo que culminó en un vibrante 3-3.
Este resultado permitió a Lanús alcanzar el punto requerido para clasificarse a la próxima Copa Sudamericana, en lo que fue el último juego de Ricardo Zielinski como director técnico, quien será sucedido por Mauricio Pellegrino.
El encuentro comenzó con una gran oportunidad del jugador Manuel Duarte, cuya potente acción se estrelló contra el travesaño. Posteriormente, Facundo Bruera se adelantó a la defensa rival y capitalizó el rebote, colocando el 1-0 en el marcador. Tras su gol, Bruera celebró efusivamente, dedicando la anotación a sus padres, quienes no pudieron contener las lágrimas. Sin embargo, la alegría del local fue efímera, ya que poco después el defensor Felipe Peña Biafore logró empatar el partido con un cabezazo tras un córner ejecutado desde la derecha.
A pesar de su celebración, Peña Biafore tuvo que abandonar el campo debido a una molestia muscular poco después de marcar.
El primer tiempo también estuvo marcado por la lesión de Ezequiel Muñoz, quien tuvo que ser sustituido antes de los 30 minutos debido a un golpe en la rodilla.
La segunda mitad se inició igual de vibrante que la primera, y en solo 15 minutos se sucedieron tres goles. Eduardo Salvio abrió la cuenta nuevamente para Lanús tras una jugada colectiva muy bien elaborada. En respuesta, el hijo del entrenador, Rodrigo Insua, anotó para el 2-2 con un espectacular tiro cruzado desde el interior del área. Walter Bou, uno de los destacados de Lanús, vería también su nombre en el marcador al conectar con un cabezazo una hermosa asistencia de Marcelino Moreno, quien ha sido uno de los mejores jugadores de la Liga Profesional.
Lanús parecía estar en control del juego tras el 3-2, pero Barracas no se quedó atrás. Tras otra jugada colectiva y otro rebote en el travesaño, Alan Cantero se hizo presente en el marcador con un potente remate que permitió igualar el juego a tres goles.
En los minutos finales, ambos equipos optaron por mantener la posesión y el partido finalizó bajo un pacto de no agresión, lo que dejó a Barracas Central cerrando un año difícil con un empate y a Lanús asegurando su lugar en un torneo internacional por vigésima segunda vez consecutiva, una hazaña histórica en el fútbol argentino.
Este tipo de racha no es común en la historia del deporte en el país, y refleja la continuidad y consistencia del club en competencias de alto nivel.
