La atleta argentina Belén Casetta se prepara para sus terceros Juegos Olímpicos, ahora como mamá. Con la meta de competir en alto rendimiento y disfrutar de su nueva vida familiar.

La marplatense Belén Casetta, a sus 29 años, está lista para vivir una experiencia sin precedentes en París 2024. Esta será su tercera participación en los Juegos Olímpicos, tras haber competido en Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020, pero lo más significativo es que ahora debutará como madre.

Trece meses después de haber dado a luz a su hija Lina, Belén ha llegado a la capital francesa junto a su familia, con dos objetivos bien definidos: alcanzar un destacado resultado en la pista y aprovechar al máximo esta experiencia desde la renovada perspectiva que le brinda la maternidad.

A lo largo de su carrera, Belén ha demostrado que es posible combinar el alto rendimiento deportivo con la vida familiar.

"Dejé a Lina en la guardería, con su papá cerca", comenta mientras se prepara para reunirse con los medios en la Zona Internacional de la Villa Olímpica.

Sostiene que el apoyo de su familia ha sido fundamental para estar en estos Juegos: "Mi marido me acompaña aquí, así como mi abuela de 80 años que me ha apoyado en concentraciones pasadas, y mi hermana y suegra en distintos viajes.

Sin su apoyo, no podría estar aquí. La familia es clave".

A medida que comparte su historia, es evidente que el enfoque de Belén ha cambiado.

Ahora, más que perseguir a toda costa los resultados, busca disfrutar del viaje, viviendo cada etapa junto a su hija.

"En estos Juegos, las prioridades son diferentes.

Estoy disfrutando de mi familia, que me brinda paz.

Estar con ellos es mi lugar de concentración".

Lo que la vuelve única es su inesperado camino hacia la elite del deporte tras ser madre.

En octubre de 2022, se consagró campeona en los Juegos Suramericanos de Asunción mientras estaba embarazada de tres meses.

Luego, en noviembre, a apenas cinco meses de su maternidad, obtuvo el oro en los Juegos Panamericanos de Santiago, lo que resalta su excepcional capacidad de adaptación.

"Soy consciente de que esto no es habitual.

Se debieron dar muchas circunstancias para que lograra conseguir lo que hice en los Panamericanos.

Aquí estamos, con Lina, clasificados a los Juegos.

Y veremos qué ocurre este fin de semana", asegura, en vísperas de su competencia de los 3000 metros con obstáculos.

Belén reflexiona sobre los retos que enfrenta como atleta y madre.

Reconoce que, a medida que Lina crece, la situación se vuelve más desafiante, pero se esfuerza por adaptarse: "Quizás entrene un poco menos, pero lo hago con mayor intensidad, priorizando el descanso y escuchando a mi cuerpo". Además, consulta sobre si se siente un ejemplo para otras mujeres atletas que desean ser madres:

"Entiendo que muchas tienen miedo.

Yo también lo sentí al decidir ser mamá. Hay esa ambición de competir en eventos importantes, y a menudo se postergan decisiones sobre la maternidad".

A lo largo de su carrera, Casetta ha luchado para demostrar que la maternidad no debe ser vista como un obstáculo en el deporte y espera que su experiencia sirva de inspiración.

Su meta en estos Juegos no es solo ser competitiva; también desea mostrar que es posible ser madre y atleta de alto rendimiento.

En su mente, mantiene la mira en grandes logros en este evento, confiando en su preparación y en una actitud positiva que ha adquirido tras convertirse en madre.

"Estuve muy concentrada en clasificar.

Me enfoqué en el ranking.

Si no hubiera clasificado, seguiría entrenando porque lo que importa es ser ejemplo para mi hija", sostiene con firmeza.

A pesar de las presiones, Belén ha encontrado una tranquilidad que antes le faltaba, lo que le permite competir sin las cargas emocionales que la acompañaban en eventos anteriores.

El compromiso y la entrega de Belén Casetta prometen brindarnos una historia apasionante en París 2024, donde el amor por el deporte y la maternidad se entrelazan en un camino extraordinario.