Juan María Traverso, referente del automovilismo argentino, sorprende al mundo anunciando su retiro de la competición en una fría mañana de Olavarría.
Algunos comentan que en Olavarría hace más frío que en la Antártida.
Exageraciones aparte, esas mañanas heladas calaban los huesos con un frío que parecía surgir de la tierra, pero que se detenía ante la pasión por el automovilismo.
El 8 de agosto de 2005, Juan María Traverso tomó a todos por sorpresa al anunciar su retirada de las competencias de Turismo Carretera.
Con 55 años, el legendario piloto decidió colgar el casco y convertirse en un ex piloto.
Nacido en Ciudad de Buenos Aires un 28 de diciembre de 1950, Traverso forjó su destacada carrera en el mundo del TC. Desde su debut a los 21 años en Pergamino, supo ganarse un lugar privilegiado rodeado de los grandes de la época.
Con su personalidad arrolladora y su talento sobre el volante, se convirtió en una verdadera leyenda del automovilismo argentino.
Adorado por sus fanáticos y respetado por sus colegas, Traverso marcó una época en las pistas.
Durante más de tres décadas, demostró su destreza al volante y su determinación para alcanzar la victoria en cada carrera.
Su legado abarca siete campeonatos y múltiples récords, destacándose su memorable victoria en General Roca con su Renault fuego literalmente en llamas.
Más allá de su éxito en el TC, Traverso incursionó en diversas disciplinas automovilísticas, dejando su huella en cada una.
Con su retiro, asumió la presidencia de la Asociación Argentina de Volantes y se dedicó a la educación vial, llevando su mensaje de seguridad a lo largo y ancho del país.
Juan María Traverso, el último ídolo del automovilismo argentino, deja un legado imborrable y un vacío que nunca será llenado.
Su pasión y compromiso con el deporte seguirán inspirando a las generaciones futuras.