La comunidad periodística llora la partida de Juan José Marón, columnista y fundador de Olé, quien perdió la batalla contra el cáncer a los 48 años.

La triste noticia del fallecimiento de Juan José Marón, conocido como el Chino, ha conmocionado al mundo del periodismo y el fútbol argentino.

A los 48 años y tras una valiente lucha contra un cáncer devastador, Marón dejó este mundo, dejando un vacío en la redacción del diario Olé, donde fue una figura clave desde sus inicios.

Su capacidad para escribir de manera clara y directa, así como su pasión por el deporte, lo convirtieron en un referente para muchos.

Marón fue uno de los miembros fundadores de Olé, un diario que ha sido fundamental en el periodismo deportivo argentino.

Desde su creación, el Chino se destacó como cronista, redactor y editor, siempre mostrando un profundo amor por el fútbol y una habilidad única para narrar las historias detrás de los partidos.

Su formación en Letras y su espíritu literario permeaban su estilo provocador, brindando a sus lectores un enfoque fresco y entretenido.

Uno de los momentos más significativos de su carrera fue su cobertura del campeonato de Vélez en 1998, cuando el equipo era dirigido por Marcelo Bielsa.

La relación que Marón cultivó con el Loco era cercana y respetuosa, logrando que Bielsa, famoso por ser exigente, le sugiriera continuar su formación académica.

Esta amistad marcó no solo su carrera profesional, sino también su vida personal.

En 2001, fue parte del equipo que relató la esperada consagración de Racing Club, un equipo que había estado 35 años sin poder celebrar un título.

La pasión de Marón por su club y su dedicación a contar la historia de sus éxitos lo hicieron destacar entre sus colegas.

Durante su trayectoria, también se especializó en seguir a la Selección Argentina, especialmente en los años en que Bielsa ocupó el cargo de director técnico.

Además de su prolífica carrera en el periodismo, Juan José Marón era un mentor y apoyo constante para los más jóvenes en la redacción.

Su sonrisa y su humor se hacían notar en cada rincón de la oficina, ayudando a crear un ambiente de camaradería y trabajo en equipo.

Era conocido por su disposición a ayudar y solucionar problemas, y su legado perdurará en la memoria de quienes trabajaron a su lado.

Con la partida del Chino, el periodismo deportivo argentino pierde a uno de sus grandes exponentes.

Su habilidad para contar historias, su pasión por el fútbol y su cariño hacia sus colegas lo convirtieron en una persona excepcional.

El vacío que deja será difícil de llenar, pero su obra y sus textos permanecerán como testimonio de un periodista que vivió y respiró el deporte con cada palabra escrita.