En un encuentro decisivo, Instituto de Córdoba perdió ante Atlético Tucumán, descartando la oportunidad de ascender a la cima de la Liga Profesional al errar un penal crucial.

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En el mundo del fútbol, a veces la suerte no acompaña, y eso fue exactamente lo que vivió Instituto de Córdoba en su reciente encuentro ante Atlético Tucumán.

En el partido correspondiente a la séptima jornada de la Liga Profesional, el equipo cordobés cayó por 1 a 0 en el estadio José Fierro y, con ello, perdió la oportunidad de posicionarse como líder del torneo.

Desde el inicio del partido, Atlético Tucumán mostró una actitud ofensiva, impulsado por el apoyo incondicional de sus seguidores.

Luis Miguel Rodríguez se destacó como el eje del ataque local, aunque la falta de puntería fue una constante que marcó la primera mitad, ya que el equipo dirigido por Facundo Sava no logró convertir las múltiples ocasiones de gol que generó. Por su parte, Instituto no se quedó atrás: también tuvo momentos de peligro, particularmente en contraataques que lograron inquietar a la defensa tucumana.

El primer tiempo estuvo lleno de emociones y jugadas de ida y vuelta.

Uno de los momentos clave fue cuando Instituto obtuvo un penal tras una falta de Adrián Sánchez sobre Ignacio Russo.

Sin embargo, en lugar de abrir el marcador, Nacho Russo vio cómo su disparo fue detenido por el arquero Tomás Durso, quien se erigió en figura del encuentro y cambió el rumbo del partido.

A medida que se desarrollaba el segundo tiempo, la intensidad se mantuvo.

La gran oportunidad de Instituto llegó cuando el árbitro sancionó el penal a favor del equipo visitante.


La tensión era palpable, pero la frustración llegó cuando Durso brilló nuevamente, atajando el tiro de ruso.

Este giro fue devastador para la Moral de Instituto, que, a su vez, tras el penal fallido, vio cómo Atlético Tucumán tomó la iniciativa y, a los 39 minutos, Marcelo Estigarribia, quien había ingresado desde el banquillo, anotó el gol decisivo que selló la victoria de su equipo.

Este triunfo fue un alivio para Atlético Tucumán, que, tras haber atravesado una serie de resultados negativos, logró ganar y alejar la presión sobre sus jugadores y su cuerpo técnico.

La destacada actuación de Joaquín Pereyra y Luis Miguel Rodríguez fue testimonio de que el ataque ya no es una debilidad tan abrumadora como lo fue en partidos anteriores.

Sin embargo, el equipo aún debe trabajar en afianzar su posición en la tabla y establecer un estilo de juego más constante.

Para Instituto de Córdoba, la derrota representa una gran desilusión, ya que una victoria los habría catapultado a la cima de la clasificación en la Liga Profesional.

Deberán replantearse su estrategia y abordar sus debilidades para perseguir sus objetivos en las próximas fechas.

A pesar del resultado adverso, el torneo aún ofrece oportunidades y, con ajustes estratégicos, ambos equipos tienen la posibilidad de alcanzar sus metas a medida que avanza la temporada.