El encuentro de Independiente contra Platense fue pospuesto tras disturbios protagonizados por barras bravas que terminaron con heridos y la suspensión del partido. La justicia y las fuerzas de seguridad analizan los hechos y planean allanamientos para identificar a los responsables.

Los #disturbios provocados por seguidores radicalizados del equipo, conocidos como barras bravas, provocaron la suspensión del encuentro contra Platense y generaron un fuerte operativo policial y judicial.
La situación ha puesto en evidencia la problemática de la #violencia en el fútbol argentino y las acciones que se están tomando para garantizar la #seguridad en los estadios.
La jornada estuvo marcada por la incertidumbre, ya que las tribunas que en otros días se llenan de apoyo y color, este domingo lucían completamente vacías.
La suspensión del partido, que inicialmente había sido pospuesta por los incidentes, fue confirmada por las autoridades deportivas y judiciales, quienes están investigando a fondo los hechos.
La policía ha identificado a 25 barrabravas vinculados con los incidentes del miércoles, en los que participaron miembros de la hinchada oficial del club, conocida como los Dueños de Avellaneda.
Este grupo es considerado uno de los principales protagonistas en los enfrentamientos con la parcialidad visitante y en la invasión de las tribunas, que derivaron en una batalla campal.
El altercado terminó con consecuencias graves, incluyendo la fractura de cráneo de un simpatizante trasandino, Gonzalo Alfaro, de 33 años, quien fue operado de urgencia y actualmente lucha por su vida en el hospital Fiorito.
La violencia escaló cuando los barras de #Independiente cruzaron la cancha para enfrentarse con los hinchas chilenos, en un episodio que ha generado gran preocupación en las autoridades.
No es la primera vez que la violencia en los estadios argentinos provoca incidentes graves; en 2013, una tragedia similar ocurrió en la provincia de Buenos Aires, dejando varios heridos y poniendo en la mira la necesidad de reforzar las medidas de seguridad.
El alcalde de Avellaneda, Néstor Grindetti, declaró que se están tomando medidas contundentes, además de anunciar que aquellos socios que participen en acciones violentas serán expulsados del club.
También anunció que se presentarán más documentos ante la Conmebol para exigir mayores controles y sanciones para quienes incumplen las normas en los eventos deportivos.
La postura del club y las autoridades es clara: reducir al mínimo posible cualquier riesgo de violencia y garantizar la seguridad de todos los asistentes
La postura del club y las autoridades es clara: reducir al mínimo posible cualquier riesgo de violencia y garantizar la seguridad de todos los asistentes.
Por su parte, José Ramón Correa, director de Azul Azul S.A., empresa encargada del fútbol de la “U” chilena, criticó duramente la actuación policial y responsabilizó a las fuerzas del orden por no haber brindado la protección adecuada a sus hinchas.
En una entrevista en el diario La Tercera, afirmó: “Nuestros hinchas confiaron en la presencia policial, pero cayeron en las peores manos”. Estos hechos reabren el debate sobre la seguridad en los partidos internacionales y la necesidad de medidas modernas y eficaces para proteger a los espectadores.
Desde la perspectiva legal, las autoridades argentinas trabajan en la identificación de todos los responsables, y se preparan para realizar allanamientos en los próximos días.
La justicia está decidida a castigar duramente a quienes provoquen este tipo de episodios, en un esfuerzo por devolver la tranquilidad a los estadios y promover un fútbol sin violencia.
La suspensión del partido y la investigación en curso reflejan un compromiso firme de las instituciones por erradicar los actings vandálicos en el deporte, que en muchos casos, lastraron la reputación del fútbol en Argentina y en toda la región.