El club de Avellaneda se ve imposibilitado de incorporar refuerzos por un reclamo de su exjugador Joaquín Laso. La situación vuelve a generar incertidumbre a poco del inicio de la Liga Profesional.

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La situación financiera de Independiente sigue generando problemas en cada ventana de transferencias. En esta ocasión, el club de Avellaneda ha recibido una nueva notificación desde la FIFA, que lo inhabilita para incorporar jugadores debido a deudas aún no regularizadas.

Esta problemática se ha ido convirtiendo en una especie de 'costumbre' negativa, afectando la capacidad del club para reforzar su plantilla, especialmente al acercarse el inicio de la Liga Profesional.

El motivo de esta última inhibición es un reclamo presentado por el representante del defensor Joaquín Laso, quien quedó libre el 31 de diciembre del año anterior.

La cantidad de dinero adeudada, que asciende a aproximadamente 77 mil euros (83 mil dólares), si bien no es abrumadora en comparación con las cifras que maneja el fútbol europeo, representa un serio obstáculo para Independiente, que se prepara para debutar el 24 de febrero ante Sarmiento de Junín.

Fernando Baredes, el agente de Laso, había reclamado previamente el pago de esta deuda en octubre de 2022. Ante el incumplimiento, la directiva de Independiente tomó la decisión de apartar a Laso de la actividad en el club hasta que se resolviera su situación contractual.

Esta decisión se dio en medio de un conflicto disciplinario donde el entrenador, Julio Vaccari, aplicó sanciones a otros jugadores por indisciplina, lo que dejó a Laso nuevamente disponible para jugar.

El 25 de octubre del año pasado, el club publicó un comunicado en sus redes sociales informando que se había llegado a un acuerdo preliminar para el pago de la deuda, aunque esta nunca se saldó.


A medida que se cerró el vínculo entre Laso e Independiente, Baredes decidió proceder con la demanda ante FIFA para hacer valer sus derechos como agente.

Desde el club se ha informado que este asunto se resolverá en los próximos días, pero la incertidumbre continúa siendo un factor crítico en la planificación del equipo.

Esta nueva inhibición complica aún más el panorama para Independiente, que recientemente ha adquirido a varios futbolistas que no podrán ser registrados.

Los nuevos jugadores, como Luciano Cabral, Nicolás Freire, Pablo Galdames y Sebastián Valdez, deberán esperar para integrarse oficialmente a la plantilla mientras la administración intenta resolver la deuda pendiente con Baredes.

Es evidente que el club necesita urgentemente regularizar su situación financiera para poder competir de manera efectiva en el torneo.

La historia reciente de Independiente está marcada por problemas económicos que han afectado sus resultados en la cancha y su capacidad de atraer talento.

Con un legado tan rico en éxitos, estos desafíos representan no solo un obstáculo deportivo, sino también una crisis para una de las instituciones más emblemáticas del fútbol argentino.

Esta prolongada situación de inestabilidad ha llevado a cuestionar la dirección del club bajo la presidencia de Néstor Grindetti, quien enfrenta el desafío de revertir la tendencia negativa y recuperar la grandeza que históricamente caracterizó al equipo.