A pesar de caer ante Brasil en la final del Mundial de Futsal, el equipo argentino recibe aplausos y mira hacia un prometedor futuro en el deporte.
La selección argentina de futsal obtuvo una destacada ovación de las casi 10,000 personas que asistieron al HUMO Arena de Uzbekistán, a pesar de haber caído por 2 a 1 ante Brasil en la final del Mundial de Futsal 2024. El reconocimiento del público demuestra que el legado de este equipo, que ha estado en la cima del futsal durante los últimos ocho años, trasciende un resultado tan reñido.
Los silbidos dirigidos a los árbitros españoles Alejandro Martínez y Juan Cordero, al recibir sus premios de manos del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, también ilustran la frustración de los argentinos por algunas decisiones arbitrales en el partido.
La final entre estos dos colosos sudamericanos representaba el cierre simbólico de una era que transformó la percepción del futsal en Argentina, un deporte que, durante mucho tiempo, fue considerado menor.
Entre los jugadores destacados se encuentran el capitán Pablo Taborda (38 años), Cristian 'Titi' Borruto (37) y Alan Brandi (36), quienes formaron parte del equipo que logró la gloria en la Copa del Mundo de 2016 en Colombia.
También está en la memoria el arquero Nicolás Sarmiento, de 32 años, y Constantino 'Kiki' Vaporaki, de 34, quienes tuvieron un papel esencial en esta edición del torneo.
Si bien su futuro en el equipo nacional es incierto, el progreso de nuevos talentos deja esperanzas para las próximas competiciones.
“Estamos en un buen camino.
Los chicos que participaron en su primer Mundial mostraron que están a la altura al enfrentarse a una de las mejores selecciones de la historia y mantenerse firmes defensivamente durante 40 minutos.
Esto habla maravillas sobre nuestra nueva generación”, comentó Taborda al finalizar el encuentro.
A pesar de la frustración tras el pitido final, los jugadores pronto comenzaron a ver el panorama más amplio.
Han logrado consolidar el futsal como un deporte respetado y reconocido, lejos de los diminutivos despectivos que solían utilizarse.
Sin embargo, la final estuvo marcada por decisiones arbitrales controvertidas que influyeron en el resultado y generaron descontento en el banquillo argentino.
En el primer tiempo, Brasil marcó el primer gol después de un tiro libre cuestionado, que Ferrao, a pesar de jugar con molestias, logró convertir.
Posteriormente, un rebote desafortunado de Sarmiento llevó a Rafa Santos a añadir un segundo tanto para Brasil.
El segundo tiempo trajo consigo un desarrollo más agitado, donde el arquero brasileño Willian se destacó como el jugador más valioso, desbaratando las ocasiones de gol de Argentina.
En la recta final del encuentro, finalmente, Matías Rosa logró anotar para la Albiceleste, avivando la esperanza de un empate.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos finales, el marcador se mantuvo y Brasil se coronó campeón por sexta vez en su historia, sumando títulos anteriores en 1989, 1992, 1996, 2008 y 2012.
Argentina, al recibir su medalla de subcampeón, reflexiona sobre su historia reciente, llena de logros y un claro camino hacia el futuro.
El recambio generacional que ha experimentado el equipo no ha afectado su desempeño, seguían firmes bajo la dirección de la AFA, que busca continuar elevando la calidad y reconocimiento del futsal argentino en el escenario internacional.
A partir de ahora, serán tiempos de renovación y planificación, pero el legado de este equipo jamás será olvidado.