La capitana de la Selección Argentina de Futsal Femenino comparte su historia de sacrificio y desafíos mientras sueña con el primer Mundial de la FIFA.

En el mundo del deporte, la conexión entre la pasión y la independencia económica suele ser complicada, y esto es particularmente cierto en el contexto argentino.
A pesar de que el futsal, con casi 40 años de historia bajo la esfera FIFA, ha ganado notoriedad, muchos de sus practicantes y aficionados todavía deben buscar trabajos adicionales para complementar sus ingresos.
Este fenómeno no es exclusivo del futsal masculino; el futsal femenino ha visto un crecimiento notable que refleja la evolución del deporte en Argentina.
Carina 'Becha' Núñez, actual capitana de la Selección Argentina, personifica este tipo de sacrificios y aspiraciones. Núñez, quien recientemente se destacó al ser subcampeona en la Copa América de 2023, se ha desempeñado en el ámbito profesional en España durante cinco temporadas, a la par de su trabajo en un centro de investigación.
Su historia también se entrelaza con la de su hija de 13 años, que vive en Corrientes y sueña con participar en el próximo Mundial, que se celebrará en noviembre en las Islas Filipinas.
Este próximo desafío comienza cuando Argentina se enfrente a Chile, en un partido que será crucial para asegurar uno de los tres boletos disponibles hacia la máxima competencia de futsal femenino.
Con la mirada puesta en el éxito, Núñez, quien ha tenido una carrera llena de logros, enfatiza la combinación de experiencia y juventud dentro del equipo albiceleste.
‘Nos hemos estado preparando desde el año pasado, tras jugar algunos amistosos en España. Con las Eliminatorias, la concentración y la preparación son diferentes. Me siento muy afortunada con el compromiso de cada una de las chicas en el equipo’, comentó Núñez, quien a sus 33 años se ha convertido en un modelo a seguir tanto dentro como fuera de la cancha.
A pesar de su éxito, Carina sabe que vivir exclusivamente del futsal no es viable en la actualidad, lo que la llevó a combinar su carrera deportiva con una profesión.
Al dejar a su hija en Argentina, Becha ha enfrentado un constante desafío emocional, lo que ha fortalecido su relación con ella. Aunque no puede obligar a su hija a vivir con ella en España, busca apoyarla desde la distancia mientras trabaja y entrena. Este sacrificio personal es un recordatorio constante de la pasión que guía su vida. ‘A veces pienso que mi decisión de estar lejos podría parecer egoísta, pero mi hija entiende mi amor por el futsal y eso nos une’, compartió Núñez.
La pasión por el deporte ha sido el motor que ha impulsado a Núñez a seguir adelante, aun cuando las dificultades financieras y la falta de reconocimiento son obstáculos constantes.
Sin embargo, el crecimiento del futsal femenino, con clubes emergentes y competencias más visibles, le brinda esperanza para el futuro. ‘Hemos logrado que el futsal femenino sea más que un pasatiempo; estamos trabajando para que se convierta en una actividad profesional con mayor visibilidad’, afirmó Núñez, reflejando su deseo de ser un puente entre el pasado y el futuro del deporte que ama.
Además, la conversación sobre el desarrollo del futsal femenino en Argentina no estaría completa sin mencionar la presión que ejercen las jugadoras para ser reconocidas en el ámbito deportivo.
La Copa América 2023 fue un punto de inflexión que hizo que la atención hacia el futsal femenino creciera, y Núñez siente que su participación fue clave para fomentar esa visibilidad.
Mientras el equipo se prepara para las Eliminatorias, Núñez reconvierte su preocupación en motivación. ‘A nuestras edades, sabemos que el tiempo es limitado, pero eso no nos detiene. Estamos listas para dar lo mejor de nosotros y soñar con el primer Mundial’, concluyó. Su historia es un testimonio de dedicación y sacrificio, pero también un reflejo del camino que aún queda por recorrer para que el futsal femenino alcance el reconocimiento que merece.