En un encuentro disputado, Tigre y Central Córdoba empataron 1-1, un resultado que no favorece a ninguno en su lucha por evitar el descenso.
En una noche marcada por la tensión y la necesidad de sumar puntos para evitar la zona de descenso, Tigre y Central Córdoba se enfrentaron en un partido crucial para ambos equipos.
La contienda tuvo lugar en Victoria y desde un inicio se hizo evidente que ambos rivales luchaban férreamente por escapar del último puesto de la tabla general, el que define el descenso a la Primera Nacional.
La gran sorpresa llegó apenas a los 19 segundos de iniciado el encuentro, cuando Tigre logró marcar el gol más rápido en la historia del club.
Fue una jugada espectacular: tras un saque de Central Córdoba, Martín Ortega recuperó el balón, Gonzalo Maroni hizo una anticipación clave en la mitad de la cancha y Blas Armoa, con un brillante gesto técnico, asistió a Florián Monzón.
Este último, tras una serie de movimientos, lanzó un centro de rabona que fue aprovechado por Tomás Galván, quien anotó de cabeza, desatando la euforia en el estadio.
Este tanto histórico superó la marca anterior de Edgardo Paruzzo, quien había anotado a los 20 segundos en un partido contra Huracán en 1987. Sin embargo, a pesar de este impresionante inicio, Tigre no supo capitalizar esa ventaja.
En la primera mitad se vio un equipo con mucha intensidad y ganas de llevarse el partido, pero el segundo tiempo fue muy diferente.
Se replegaron en defensa y permitieron que Central Córdoba dominara el juego.
El equipo visitante, luego de hacer algunos cambios estratégicos, logró igualar el marcador a través de Luis Angulo, quien se encontró en el lugar indicado para convertir después de un desajuste en la defensa de Tigre.
El final del encuentro fue un constante vaivén de oportunidades, pero tanto Tigre como Central Córdoba no lograron deshacerse del empate, lo que dejó a cada uno con un punto que poco les ayuda.
En total, el encuentro contó con la expulsión de un jugador por bando.
En Tigre, Leizza recibió su segunda tarjeta amarilla y dejó a su equipo con diez jugadores en un momento crítico del partido.
Central Córdoba no tardó en hacer lo mismo y también se quedó con un jugador menos tras la expulsión de Banegas.
Este empate mantiene a Tigre y Central Córdoba atrampados en la parte baja de la tabla, aumentando la presión para estos equipos que buscan evitar el descenso.
A lo largo de la historia del fútbol argentino, la lucha por evitar la caída a categorías inferiores ha sido intensa y emocional, reflejando el drama humano y la pasión que este deporte genera en el país.
La próxima jornada será decisiva para ambos conjuntos, que deben encontrar la manera de sumar desigual resultados en conflicto con un panorama complicado.