El futbolista Ramin Rezaeian ha sido multado por el Comité de Ética de la Federación Iraní tras abrazar a una hincha antes de un partido. La prohibición del contacto entre géneros en Irán continúa generando polémica.
Las severas reglas que rigen la República Islámica de Irán se han hecho evidentes una vez más con la sanción impuesta al futbolista Ramin Rezaeian.
Este miércoles, mientras comenzaba el nuevo año 2025, el Comité de Ética de la Federación de Fútbol de Irán decidió multar al jugador por un incidente ocurrido antes de un partido del torneo local.
Rezaeian, que milita en el Esteghlal de Teherán, fue penalizado después de que una aficionada logró abordar el autobús del equipo y abrazarlo antes del encuentro contra el Chadormalu, celebrado en la provincia central de Yazd el pasado jueves.
Según el comunicado del comité, el futbolista deberá pagar 510 millones de riales, equivalentes a unos 640 euros, por lo que el organismo clasificó como "conducta antideportiva".
Con 34 años, Ramin Rezaeian ha tenido una carrera destacada, habiendo disputado más de 66 encuentros con la selección nacional iraní y jugando en clubes de renombre dentro del país, como el Esteghlal, Persepolís y Sepahan.
Además, su trayectoria incluye experiencias en el fútbol de Catar y Bélgica.
Este caso no es aislado; en abril del año pasado, otro jugador del Esteghlal, el arquero Hossein Hosseini, fue también sancionado tras un incidente similar.
Después de que una hincha ingresara al campo y lo abrazara al final de un partido, él fue suspendido por un encuentro y multado con unos 4.700 euros.
Sinclair falla un penalti mientras Canadá empata con Nigeria en el partido inaugural de la Copa del Mundo Femenina
Christine Sinclair, la delantera del equipo de Canadá, falló un penalti en el empate 0-0 contra Nigeria en el primer partido de la Copa del Mundo Femenina. La arquera Chiamaka Nnadozie fue clave para el equipo nigeriano al detener el tiro desde el punto penal. A pesar del resultado, el grupo queda abierto para ambos equipos.La legislación iraní mantiene una restricción severa sobre las interacciones entre hombres y mujeres que no estén relacionados, algo que ha sido parte de su normativa desde la revolución islámica de 1979.
Durante décadas, incluso se prohibió la entrada de mujeres a los estadios, una situación que comenzó a cambiar en 2019 cuando, tras la presión de la FIFA, un partido entre Irán y Camboya permitió la asistencia de 3.500 mujeres. Desde entonces, un número limitado de féminas puede asistir a los encuentros deportivos, aunque todavía prevalecen muchas restricciones en otros ámbitos.
Este contexto refleja la tensión entre la cultura del fútbol, un deporte que une a las audiencias, y las reglas sociales de un país que mantiene un enfoque estricto hacia la interacción de género.
El incidente de Rezaeian, lejos de ser un simple caso de un abrazo entre un futbolista y una aficionada, resalta las profundas complejidades que enfrenta el deporte en Irán y las consecuencias que pueden derivarse de la ruptura de sus normas.
En una nación donde el fútbol se considera casi una religión, estas sanciones inducen un debate sobre la libertad, el avance social y la necesidad de cambiar unas normas que muchos consideran obsoletas en la actualidad.