A los 36 años, el futbolista argentino Ángel Di María anunció su retorno a Rosario Central, club donde dio sus primeros pasos antes de triunfar en Europa y la selección argentina, en una historia que abarca desde sus inicios humildes hasta su consolidación internacional.

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La relación de Ángel Di María con Rosario Central, club de su ciudad natal, comenzó mucho antes de su debut profesional en la Primera División del fútbol argentino, el 14 de diciembre de 2005.

Aquella noche en el estadio Doble Visera de Avellaneda marcó el inicio de una carrera llena de logros, que lo llevó a consolidarse como uno de los jugadores más prominentes del fútbol mundial.

Pero sus raíces en Central permanecieron intactas, y esta semana se anunció oficialmente su regreso al club que lo vio nacer.

Desde pequeño, Di María mostró un amor profundo por su barrio de Perdriel, en la ciudad de Rosario. En un tatuaje que lleva en su brazo izquierdo se lee: "Nacer en la calle Perdriel fue y será lo mejor que me pasó en la vida". Su infancia estuvo marcada por desafíos y esfuerzo, ayudando en la carbonería familiar, donde combinaba los trabajos con su pasión por el fútbol. Sus primeros pasos en las categorías juveniles de Rosario Central fueron auspiciosos, pero todavía sin la notoriedad que alcanzaría más adelante.

Su debut en primera división ocurrió en un momento en el que el club atravesaba una etapa complicada. Un ídolo de la historia reciente, Tulio Zof, fue quien le dio la oportunidad de debutar en el profesionalismo. Con sólo 17 años, ingresó en los minutos finales del encuentro contra Independiente, en una noche que quedó marcada en la memoria de los hinchas canallas.

En esa misma temporada mostró destellos de su talento, dejando una jugada para el recuerdo y estableciendo las bases de su futura carrera.

El primer gol de Di María con Rosario Central no tardó en llegar. En un partido contra Quilmes en el Gigante de Arroyito, anotó tras una acción individual en la banda izquierda, en un triunfo que significó mucho para el equipo y para el propio jugador.

A partir de allí, su ascenso fue meteórico. La atención de clubes europeos no se hizo esperar, y su transferencia más importante fue a Portugal, al Benfica, por unos 7 millones de euros. En Benfica, Di María fue creciendo y conquistando títulos, lo que aceleró su llegada al fútbol del Viejo Continente.

El jugador se convirtió en una figura consagrada en el deporte internacional, conquistando diversas ligas y copas, y representando a Argentina en múltiples Mundiales y en la Copa América.

Su historia con la selección nacional, donde viste la camiseta albiceleste con orgullo, incluye momentos inolvidables como las finales y los títulos conquistados, además de sus tres estrellas en el pecho.

A sus 36 años, Di María decidió dar un paso más en su carrera y volver a Rosario Central, cerrando así un círculo. La dirigencia del club confirmó que el futbolista retornará para vestir la camiseta que lo vio crecer, en un momento en el que las esperanzas y los sueños de los hinchas canallas se renuevan.

Este retorno no solo simboliza un acto de homenaje a sus raíces, sino también la posibilidad de que el mediocampista aporte toda su experiencia y liderazgo a un equipo que busca crecer y volver a ser protagonista dentro del fútbol argentino.

Por su parte, las cifras de su transferencia aún no han sido reveladas oficialmente, pero se estima que la operación ronda los 600.000 euros, una inversión significativa para un club de la liga local, que busca aprovechar el enorme valor y la imagen que Di María representa no solo en Argentina, sino en todo el mundo del fútbol.

La historia de Ángel Di María continúa escribiéndose, y su regreso a Rosario Central será sin duda uno de los eventos más destacados del fútbol argentino de la presente temporada.