El clásico de Avellaneda se enfrentará a nuevos desafíos de seguridad con la prohibición de ingreso para Juani, líder de la barra del Independiente, aumentando el despliegue policial.

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El próximo clásico de Avellaneda entre Independiente y Racing se presentará con un operativo de seguridad más complicado que el anterior, debido a cambios significativos en la situación de las barras bravas.

En una medida inédita, Juan Eduardo Lenczicki, conocido como 'Juani', no podrá ingresar al estadio, tras ser objeto de un derecho de admisión implementado por la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (APREVIDE).

Esto significa que, por primera vez, el jefe de la barra del club rojo estará fuera de la cancha durante el partido.

La decisión de prohibir su ingreso ha llevado a las autoridades a incrementar el número de efectivos policiales, pasando de 650 a aproximadamente 1.000. La razón principal de este aumento es la posibilidad de que Juani intente entrar al estadio, lo que podría desatar enfrentamientos entre sus seguidores y la policía.

La historia reciente de la barra del Independienteha estado marcada por conflictos internos y luchas por el poder, lo que añade tensión a la situación.

Desde 2018 hasta 2021, Juani formó parte de la primera línea de Los Diablos Rojos, que era liderada por Pablo Álvarez. Sin embargo, la llegada de Hugo Moyano como presidente del club cambió las dinámicas, y la nueva dirigencia se enfrentó judicialmente al grupo. Esto finalmente resultó en la caída de Bebote, antes líder de la barra, y en la reconfiguración del liderazgo donde Juani decidió aliarse con otros referentes para crear lo que ahora se conoce como "Los dueños de Avellaneda".

Desde su consolidación, Lenczicki ha logrado aglutinar a cerca de 500 personas que lo siguen en su red de poder, extendiéndose por alrededor de 30 barrios.

El operativo de seguridad comenzará mucho antes del inicio del partido, con cortes de calles en las áreas cercanas al estadio Libertadores de América, que abrirá sus puertas alrededor de la 1 de la tarde.

Además de los efectivos de seguridad, se contará con la presencia de cinco ambulancias, un consultorio médico, socorristas, y equipos de desfibrilación.

Este despliegue busca garantizar la seguridad en un clásico conocido por su imprevisibilidad.

Los tiempos de la jornada también son de particular atención, ya que una pequeña ventana de 20 a 30 minutos se abre entre el final del partido en Avellaneda y el inicio del encuentro en la Bombonera entre Boca Juniors y Defensa y Justicia.

Esta superposición de horarios representa un riesgo, por lo que se han establecido medidas para prevenir encuentros entre hinchas de ambos clubes.

En la previa de un partido pasado, Juani fue grabado agrediendo a simpatizantes, lo que culminó en su prohibición de entrada a lo largo del Torneo Apertura y la Copa Argentina.

Esta medida podría prorrogarse tras la revisión de las autoridades judiciales competentes. Tal situación también es indicativa del ambiente tenso que rodea los diferentes encuentros, mostrando que la lucha por el control de las barras suele ser violenta, alimentando un ciclo de enfrentamientos y rivalidades que persiste en el tiempo.

El éxito de la seguridad dependerá de la colaboración entre las fuerzas de seguridad de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, que están en constante comunicación para manejar situaciones que puedan surgir antes, durante y después del partido.