A sus 69 años, Miguel Ángel Russo continúa demostrando su pasión por el fútbol, afrontando un nuevo reto en Boca Juniors en el Mundial de Clubes en Miami, en medio de un contexto personal y profesional lleno de historia y dedicación.

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Nacido en La Plata, en 1954, Russo desarrolló toda su carrera como futbolista en Estudiantes de La Plata, donde se consagró como un mediocampista completo y referente en el #fútbol argentino durante los años setenta y ochenta.

Tras su retiro como jugador, Russo se volcaría a la labor de entrenador, acumulando aproximadamente 36 años en el mundo del fútbol. A lo largo de su carrera, dirigió a varios clubes importantes del fútbol argentino y sudamericano, pero fue en 2017 cuando alcanzó un reconocimiento enorme al guiar a #Boca Juniors a la conquista de la sexta Copa Libertadores, un logro que quedó grabado en la memoria de los hinchas del club.

Hoy, a los 69 años, Russo encara un reto que pocos hubieran imaginado para su edad: dirigir a Boca en el #Mundial de Clubes en Miami. Su presencia en el hotel Hyatt Las Olas, en Fort Lauderdale, refleja su espíritu incansable y su amor por el deporte. A pesar del reconocimiento y prestigio logrados, Russo afirma que el dinero no le altera el foco y que su mayor satisfacción radica en hacer historia y entregar lo mejor en cada oportunidad.

La llegada de Russo a Miami fue acompañada por un pequeño pero ferviente grupo de hinchas de Boca, quienes lo esperaron con entusiasmo en su hotel, solicitándole autógrafos y fotografías.

Que valora no solo sus éxitos en el fútbol

La escena revela la profunda admiración que despierta en la gente, que valora no solo sus éxitos en el fútbol, sino también su humanidad y sencillez.

Durante su estadía, Russo fue fotografiado firmando camisetas, compartiendo momentos con niños y adultos, y recibiendo palabras de apoyo. Entre los hinchas, se escuchaba la expectativa de llegar a la final, aunque él no hizo promesas, solo una sonrisa que refleja su confianza y serenidad.

Sus gestos de cariño hacia todos, sus palabras de aliento y su actitud cercana consolidan su carácter de líder y maestro dentro y fuera del campo.

Es importante recordar que Russo también ha enfrentado adversidades personales. En 2017, fue diagnosticado con cáncer de próstata, una enfermedad que logró superar tras someterse a cirugía y sesiones de quimioterapia. A pesar de las dificultades, continúa en la lucha, caminando con una ligera cojera que no impide su actividad diaria. Su ejemplo inspira a muchos: una muestra clara de que la pasión y la determinación pueden vencer cualquier obstáculo.