El delantero de Inter Milan, Marcus Thuram, se prepara para disputar la final de la Champions League en Múnich, con la esperanza de lograr un título que su padre, Lilian Thuram, nunca consiguió. La historia de una familia que busca escribir un capítulo dorado en el fútbol europeo.

El 27 de mayo en Múnich será una fecha memorable para Marcus Thuram, jugador del Inter de Milán, quien aspira a conquistar la Liga de Campeones, un trofeo que su padre, Lilian Thuram, nunca pudo ganar en su ilustre carrera.
Lilian Thuram, considerado uno de los mejores defensores en la historia del fútbol francés, acumuló una destacada trayectoria en clubes como Monaco, Parma, Juventus y Barcelona, además de ser pieza clave en la selección nacional que alcanzó el tercer puesto en el Mundial de 1982 y el subcampeonato en 2006.
A pesar de su éxito, Lilian no pudo levantar la Champions League, su gran anhelo, aunque estuvo muy cerca en la final de 2003 con Juventus, cuando perdieron ante el AC Milan en un partido recordado por su intensidad.
Ahora, su hijo Marcus, de 27 años, busca dejar una huella diferente en la historia familiar, con la esperanza de levantar el trofeo más codiciado del fútbol europeo.
Desde que se unió al Inter de Milán como futbolista libre procedente del Borussia Mönchengladbach, Marcus ha demostrado que puede estar a la altura de las expectativas.
En estas dos temporadas en el club italiano, ha marcado 14 goles en la Serie A, además de aportar siete asistencias, y en la Liga de Campeones ha anotado cuatro veces.
Su papel ha sido fundamental en el ataque interista, formando una dupla letal con Lautaro Martínez, que los italianos apodaron como “ThuLa”, una fusión de sus apodos.
El atacante ha expresado en varias ocasiones su admiración por Lautaro, destacando la facilidad que tiene para jugar junto a él y la influencia que ha tenido en su adaptación en el club.
Sinclair falla un penalti mientras Canadá empata con Nigeria en el partido inaugural de la Copa del Mundo Femenina
Christine Sinclair, la delantera del equipo de Canadá, falló un penalti en el empate 0-0 contra Nigeria en el primer partido de la Copa del Mundo Femenina. La arquera Chiamaka Nnadozie fue clave para el equipo nigeriano al detener el tiro desde el punto penal. A pesar del resultado, el grupo queda abierto para ambos equipos.“Es muy sencillo jugar con Lautaro, porque es nuestro capitán y un líder en el campo. Desde que llegué, me ha ayudado mucho y es un placer compartir la cancha con él”, afirmó Thuram en una entrevista reciente.
Este interés por superar a un familiar en logros deportivos no es exclusivo de Marcus. En la misma línea, su entrenador, Simone Inzaghi, también tiene en mente dejar una huella en la historia del Inter. Aunque como jugador fue parte del Lazio que ganó la Serie A en 2000, y de la Juventus y Milan que conquistaron títulos nacionales y europeos, ahora busca escribir su propia historia como técnico.
Inzaghi, que también tiene un pasado como futbolista destacado, ha logrado recientemente ascender al Pisa a la Serie A tras 34 años, un logro que le genera una gran satisfacción personal.
En la previa a la final de la Champions, fue consultado sobre qué considera más importante, si ganar la copa como jugador o como entrenador. Con una sonrisa, respondió que espera no tener que decidir y que, si llega ese momento, consultarán a sus padres, quienes seguramente tendrán su propia perspectiva.
El escenario de Múnich será, sin duda, un enfrentamiento entre generaciones y familias íconos del fútbol europeo, con la historia de Lilian Thuram como telón de fondo y la esperanza de Marcus de escribir su propio capítulo glorioso.
La final promete ser un espectáculo lleno de historia, pasión y la ambición de dejar una marca imborrable en la historia del deporte rey.