Un análisis sobre la alta rotación de entrenadores en la Liga Profesional de Argentina, donde ya han sido despedidos 72 DT en lo que va de la temporada.

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La situación actual de los entrenadores en la Liga Profesional argentina se ha convertido en un fenómeno constante y preocupante.

El despido o renuncia de un técnico se ha tornado tan habitual que es difícil no perderse en un mar de nombres y equipos en continuo cambio.

En lo que va de esta temporada de Primera División, han sido despedidos ya 72 entrenadores en un periodo de 322 días, cifra que podría aumentar a 75 con los inminentes cambios en Argentinos, Newell's e Instituto, que se encuentran en la búsqueda de nuevos cuerpos técnicos.

Es alarmante observar que de los 72 entrenadores que han pasado por el torneo, solo seis han logrado mantenerse en sus cargos desde el inicio de la temporada en enero.

Estos son Eduardo Domínguez en Estudiantes, Daniel Oldrá en Godoy Cruz, Ricardo Zielinski en Lanús, Gustavo Costas en Racing, Cristian González en Unión y Gustavo Quinteros en Vélez.

Este reducido grupo se enfrenta al vertiginoso ritmo del fútbol argentino, donde la permanencia en el cargo es más la excepción que la norma.

Racing, que se alista para jugar la final de la Copa Sudamericana contra Cruzeiro en Paraguay, es el único de los clubes tradicionales que no ha cambiado de entrenador durante el año.

En contraste, equipos como River Plate han experimentado una rotación significativa: Martín Demichelis comenzó la temporada, pero luego tuvo un breve paso de Marcelo Pichi Escudero antes de que Marcelo Gallardo volviera a asumir el mando.

La situación en Boca Juniors no es diferente; Fernando Gago reemplazó a Diego Martínez, quien había tomado el timón de manera provisional.

La situación de otros clubes como Independiente y San Lorenzo también refleja esta inestabilidad: múltiples técnicos han desfilado por los banquillos en un corto período.


En total, el cuadro de entrenadores es preocupante.

De hecho, se han dado casos de técnicos que han pasado por más de un club en la misma temporada, como la dupla Orsi-Gómez, que estuvo en Atlético Tucumán y Platense, o Facundo Sava, quien dirigió tanto en Huracán como en Atlético Tucumán.

La reciente eliminación de descensos no ha logrado traer la calma esperada ni en aficionados ni en dirigentes, lo que ha llevado a una serie de movimientos en los banquillos.

Banfield, por ejemplo, ha visto la salida de Gustavo Munúa, con Miguel Robinson Hernández tomando el mando de forma interina hasta fin de año.

Asimismo, este fin de semana también harán su debut Javier Sanguinetti en Sarmiento y Ariel Holan en Rosario Central, marcando el inicio de nuevos ciclos para estos clubes.

La situación es aún más notoria en Newell's, que ha tenido la rotación de seis entrenadores esta temporada.

Marcelo Larriera fue despedido antes de terminar la primera mitad del año, y desde entonces, varios técnicos han asumido de manera temporal.

El mánager Ruben Capria está a la espera de anunciar al nuevo director técnico que se encargará de tomar las riendas del equipo.

La inestabilidad en los banquillos no es un fenómeno nuevo en el fútbol argentino, que ha sido históricamente caracterizado por cambios frecuentes en la dirección técnica.

Sin embargo, lo que resulta alarmante en esta temporada es la velocidad con la que se producen estas situaciones.

A este ritmo, es posible que pronto el número de entrenadores despedidos supere todos los récords, reflejando una crisis de confianza en las decisiones dirigenciales y una presión constante sobre los técnicos en un ambiente competitivo y exigente.