La nueva legislación permitirá a los clubes de fútbol en Argentina optar por convertirse en Sociedades Anónimas, un cambio que busca atraer más inversiones al deporte.

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El reciente Decreto 730/2024, emitido por el Gobierno de Javier Milei, marca un hito importante en la relación entre las entidades deportivas y la administración pública en Argentina.

Por primera vez, se permite de manera formal la conversión de clubes en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), un movimiento que ha generado intensos debates en el seno de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Este decreto responde a la Ley de Deportes 20.655 y permite que las organizaciones deportivas adopten la forma jurídica que consideren más adecuada, ya sea como sociedades anónimas o asociaciones civiles, siempre que estén legalmente reconocidas.

Según Federico Sturzenegger, uno de los principales promotores de esta iniciativa, este cambio representa una oportunidad para que los socios de los clubes tengan mayor libertad en la gestión de sus instituciones.

Sturzenegger no escatimó críticas hacia la AFA, sugiriendo que esta organización teme una mayor libertad para sus socios.

En sus declaraciones, planteó interrogantes sobre el temor de la AFA a que los clubes puedan recibir inversiones más amplias, así como a perder el control sobre el destino de las instituciones deportivas.

Expresó: "¿Por qué le tienen miedo a que sus socios elijan con mayor libertad cómo organizarse?".

Además, resaltó que la intención del gobierno es no imponer ninguna estructura, sino ofrecer alternativas que permitan a los asociados gestionar sus clubes de manera más eficiente y transparente.

Sturzenegger también hizo notar que en otros países, como España, la normativa obliga a los clubes a convertirse en sociedades.

En contraste, la medida aplicada en Argentina busca impulsar las libertades de los socios y mejorar la competitividad del fútbol argentino.

Asimismo, el decreto establece que las federaciones y asociaciones deportivas tendrán un año para adecuar sus estatutos a esta nueva normativa.


El incumplimiento de la ley por parte de las federaciones podría llevar a situaciones de sanción, ya que la ley 20.655 garantiza que ningún club puede ser discriminado en función de su forma jurídica.

"La inclusión de capitales privados no requiere que un club se convierta completamente en una sociedad anónima", aclaró Sturzenegger, dejando la puerta abierta a que las asociaciones civiles puedan seguir operando y recibiendo inversiones en ciertas disciplinas.

Esto podría suponer una modernización necesaria en un sector que históricamente ha enfrentado problemas de gestión y transparencia.

Esta iniciativa es parte de un movimiento más amplio del gobierno por potenciar el deporte argentino y fomentar un entorno más favorable a las inversiones.

En el contexto actual, la AFA y otros actores del ámbito futbolístico deberán adaptarse a las nuevas reglas de juego, sin lo cual corren el riesgo de quedar atrás en el proceso de modernización del fútbol.

Las repercusiones de este decreto no solo se limitarán al entorno futbolístico, sino que también podrán influir en otros deportes que históricamente han encontrado dificultades para atraer inversión.

A medida que se avanza en este camino, se espera que surjan nuevos modelos de gestión que transformen la estructura del deporte en Argentina.

Es un momento decisivo para el fútbol argentino, en donde las decisiones tomadas hoy definirán la dirección futura del deporte en el país.

La necesidad de atraer más inversiones y mejorar la gestión se vuelve más relevante que nunca, ya que el panorama internacional exige cada vez más competitividad y profesionalismo.