El encuentro que determinó al semifinalista del Reducido de la Primera B terminó en violencia, dejando un saldo de protestas contra el árbitro y un tumulto en el campo de juego.

El desenlace del partido entre Argentino de Quilmes y Argentino de Merlo, correspondiente a la vuelta de los cuartos de final del Reducido de la Primera B, estuvo marcado por la controversia y un escandaloso final que dejó a todos los presentes con la indignación a flor de piel.

La derrota por 3-1 del equipo visitante, que selló el destino del Mate a las semifinales, fue eclipsada por un arbitraje que desató la furia de los jugadores de Merlo.

La controversia empezó en el primer tiempo del partido, cuando el árbitro Sebastián Bresba decidió expulsar a Benjamín Giménez a los 25 minutos de juego.

Esta decisión fue el detonante de un clima de tensión que se agravó cuando el delantero de Merlo tuvo un cruce verbal con el asistente número uno, Matías Arévalo.

La situación rápidamente escaló hasta el punto en que toda la delegación de Argentino de Merlo se volcó en contra del línea, cobrándole una falta que podría estar en el origen de su expulsión.

Con un hombre menos, Argentino de Merlo intentó revertir la desventaja que traía del partido de ida, donde había caído por 0-1. Sin embargo, la necesidad de buscar el gol hizo que dejara espacios que finalizarían costándoles caro.

Javier Martínez, figura brillante del partido, lideró el ataque local, anotando un gol de cabeza que generó más polémica, pues su posición era cuestionada en el momento del tanto.

A medida que avanzaba el segundo tiempo, Martínez volvió a marcar, aumentando la brecha en el marcador.

A pesar del descuento de Valentín Gargiulo, el partido parecía encaminado a la victoria del Mate.

Justo al final del encuentro, Facundo Cipresso anotó el tercer gol, lo que pareció cerrar el marcador.

Sin embargo, tras el pitido final, la situación se tornó caótica.

Los jugadores de Argentino de Merlo, visiblemente disgustados con el desempeño del árbitro y sus asistentes, se dirigieron a increparlos.

En un intento de contener la situación, efectivos policiales intervinieron, pero varios futbolistas perdieron el control y agredieron a Arévalo.

“Me pegaron una trompada”, fue la queja que se escuchó del juez asistente, reflejando la gravedad del altercado.

Ahora, la atención se centra en el informe que redactará el árbitro, que podría derivar en sanciones para los jugadores involucrados.

En medio de este escándalo, también se conoció que Excursionistas, tras vencer en una tanda de penales a Midland, también avanzó a la etapa semifinal del Reducido.

Por otro lado, Los Andes, perdedor de la final anterior contra Cole, se preparará para enfrentarse a Armenio en la otra llave del torneo.

La historia del fútbol argentino ha estado marcada por episodios de tensión y controversia, pero lo sucedido en este encuentro trae a la memoria antiguos altercados que han dejado huella en el balompié local.

El clima competitivo del Reducido de la Primera B es una muestra de las pasiones que desbordan en el fútbol argentino.