El exfutbolista y director técnico dejó un legado imborrable en Racing Club y la selección argentina.
Humberto Dionisio 'Bocha' Maschio, un ícono del fútbol argentino, ha fallecido a los 91 años tras pasar varias semanas internado debido a una caída en su hogar.
Su estado de salud se complicó a causa de una insuficiencia renal que requería tratamientos de diálisis.
A través de sus redes sociales, Racing Club, su querido equipo, expresó su profundo dolor por la pérdida del exfutbolista, recordando su enorme legado: "Los que dejan huella jamás quedan en el olvido". Esta despedida emotional fue realizada poco antes de un importante partido para el club, que se preparaba para enfrentar a Huachipato en los octavos de final de la Copa Sudamericana.
Maschio es recordado como uno de los más grandes delanteros de su época, que luego se transformó en un excepcional armador en el campo de juego.
Durante su carrera, tuvo el honor de formar parte de la selección argentina que ganó la Copa América en 1957 y dejó una marca indeleble en la historia de Racing, contribuyendo al triunfo de la Copa Intercontinental en 1967, un hito que consolidó su estatus como leyenda de la institución.
Además, su trayectoria como director técnico fue también notable, llevando a Independiente a disfrutarse la gloria de la Copa Libertadores en 1973 y guiando a muchos jóvenes talentos a lo largo de su carrera.
Nacido el 20 de diciembre de 1933 en Avellaneda, Maschio provenía de una familia de inmigrantes italianos que llegaron a Argentina a principios del siglo XX. Su pasión por el fútbol le fue inculcada desde joven por su padre, quien había tenido un breve paso por el profesionalismo.
Su carrera futbolística comenzó en Arsenal de Llavallol y luego en Quilmes, antes de finalmente cumplir su sueño de jugar en Racing Club, donde debutó en 1954.
En 1957, se unió a un grupo de jugadores talentosos que conformarían el famoso tridente de ataque de la selección nacional, junto a Enrique Omar Sívori y Antonio Valentín Angelillo.
Juntos llevaron a Argentina a la victoria en la Copa América, destacando Maschio como el goleador del torneo.
Sin embargo, después de ese éxito, sus caminos se separaron, pues el trío fue rápidamente transferido al fútbol italiano, donde Maschio continuó dejando huella, jugando para equipos como Bolonia, Atalanta, Inter de Milán y Fiorentina.
Su regreso a Argentina marcó el inicio de su etapa más gloriosa con Racing, donde se destacó como un jugador clave en un equipo que se volvió invencible bajo la dirección de Juan José Pizzuti.
Su legado se extendió más allá del campo, ya que se convirtió en un conocido director técnico, dejando su marca en diversos clubes de Argentina y en el extranjero.
Maschio será recordado no solo por sus habilidades en el fútbol, sino también por su carácter caballeroso y su dedicación al deporte, convirtiéndose en un símbolo de grandeza en el ámbito nacional.
Su fallecimiento deja un vacío en el fútbol argentino, pero su memoria y sus logros jamás serán olvidados.