La final del Mundial de Clubes terminó con polémicas acciones y expulsiones poco habituales, con un desenlace que dejó a todos atónitos y con el partido en el centro de la atención internacional.

El partido, que parecía sentenciado desde el primer tiempo con un marcador de 3 a 0 a favor del Chelsea, se convirtió en un escenario de conflictos y decisiones polémicas en los últimos minutos.
El encuentro se encontraba prácticamente definido cuando, en los minutos finales, un incidente extraño en la cancha cambió la narrativa del partido.
Joao Neves, jugador del Paris Saint-Germain, protagonizó un altercado que derivó en una expulsión insólita: le tiró del cabello a un adversario, Marc Cucurella, en un acto que generó sorpresa entre los asistentes y en las redes sociales.
El árbitro, Alireza Faghani, nacido en Irán y con doble nacionalidad iraní y australiana, inicialmente mostró una tarjeta amarilla a João Neves por el golpe.
Sin embargo, al revisar la jugada en el sistema de Video Asistente de Árbitros (VAR), pudo constatar la agresión y decidió cambiarla por una expulsión directa.
La acción fue vista como insólita dado que no era común que una acción como esa terminara en expulsión, pero las normas de FIFA son claras y exigentes respecto a este tipo de conductas.
El incidente tuvo mayores consecuencias, ya que previamente, en una disputa menor, Cucurella había intentado quitarle la simulación a Neves, lo que dejó una tensión latente en el partido.
La paciencia del portugués se agotó y, en un momento de furia, le agarró del cabello al defensor del PSG. La jugada, que parecía sacada de un partido sudamericano de los años ’80, desató la ira del jugador y terminó en su expulsión.
El descontrol no terminó allí. Antes de la tarjeta roja, se produjeron otros incidentes, como una patada de Nuno Mendes, jugador del PSG, a un adversario del Chelsea. La presión en el campo aumentaba y el partido parecía encaminado a un final caótico. En los últimos minutos, las polémicas acciones se sucedieron: jugadores que se empujaban, protestas y una tensión que se transmitió a la afición.
El portero del Chelsea, Gianluca Donnarumma, y el técnico del PSG, Luis Enrique, también estuvieron involucrados en roces en el minuto final. En un momento de tensión, el guardameta se acercó a un atacante del Chelsea, mientras Luis Enrique intentaba calmar a sus jugadores, pero sin éxito.
Generando aún más escándalo en el cierre de la final
Finalmente, con el partido prácticamente concluido, Luis Enrique se le fue encima a Joao Pedro, le propinó un golpe en la cara y el brasileño cayó al suelo de manera dramática, generando aún más escándalo en el cierre de la final.
Este tipo de incidentes, aunque raros en una final de un torneo oficial organizado por la FIFA, no son inéditos en la historia del #fútbol internacional.
En 2004, en una final de la Liga de Campeones, también se reportaron altercados similares, demostrando que cuando el deporte se transforma en un escenario de pasiones descontroladas, los incidentes de este tipo pueden ocurrir.
Para poner en contexto, el valor de las #expulsiones y sanciones en estos torneos habitualmente se acompaña de multas y deducciones de puntos para los clubes involucrados.
En euros, una expulsión por conducta violenta puede acarrear multas que van desde 1.000 hasta 10.000 euros, dependiendo de la gravedad, además de sanciones que pueden llegar a la suspensión de partidos.
El partido concluyó con el marcador en 3-0 a favor del Chelsea y con los protagonistas enfrentados en un clímax que dejó malas sensaciones en la organización y en los espectadores.
Sin duda, esta final será recordada no solo por el resultado deportivo, sino también por las escenas que próximamente serán analizadas en las oficinas disciplinarias de FIFA y los análisis post-partido.