El partido entre Banfield e Independiente culminó sin goles, pero se vivieron momentos de tensión por decisiones arbitrales y la falta de oportunidades.

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La tarde del martes se convirtió en un capítulo extraño en la historia del fútbol argentino, cuando Banfield e Independiente se enfrentaron en un partido que estuvo marcado por la polémica.

El encuentro, que debía completarse tras ser interrumpido el pasado domingo debido a la intensa lluvia, se diluyó rápidamente a pesar de que todavía quedaban 22 minutos por jugar.

La inclemencia del clima también afectó el rendimiento en el campo de juego, que se encontraba inundado y dificultaba el desarrollo del fútbol.

Durante un partido que estuvo acompañado de nubes grises en el cielo, el tiempo se pasó volando y los 22 minutos restantes se mostraron insuficientes para que ambas escuadras pudieran marcar algún gol.

El nuevo formato de 11 minutos por tiempo no permitió que las emociones fluyeran, aunque sí dejó un intenso debate sobre una jugada que podría haber sido clave: una falta de Diego Tarzia sobre Gerónimo Rivera, la cual fue sancionada solamente con tarjeta amarilla, cuando muchos consideraron que debió ser roja, una decisión que hizo eco en las redes y en los medios.

Independiente llegó al partido con la intención de posicionarse en la cima de la Zona B, mientras que Banfield tenía la necesidad urgente de sumar tres puntos para romper una racha negativa.

Julio Vaccari, entrenador del Rojo, realizó cambios en su alineación titular buscando un mejor rendimiento, mientras que Ariel Broggi, técnico de Banfield, confiaba en que su equipo pudiera aprovechar la localía.

Sin embargo, el partido se convirtió en un duelo psicológico. La disputa se vio marcada por un campo de juego en condiciones precarias por el barro acumulado, lo que dificultó la realización de jugadas claras. El juego se convirtió en una serie de intentos sin éxito, en donde la mayor parte del tiempo se dedicó a la entrada en calor más que al fútbol real.

Se registraron muy pocos remates, uno de Mathías De Ritis para Banfield y otro de Santiago Hidalgo para Independiente, ambos sin real peligro.

La situación de la falta de penalización por parte del VAR en la jugada de Tarzia dejó a Banfield a la espera de un reclamo contundente. Después del pitido final, la frustración del equipo local fue palpable. El cuerpo técnico del Banfield se acercó al árbitro, Jorge Baliño, quien había entrado en acción en sustitución de Silvio Trucco, tras haber sido designado para compromisos con Conmebol.

A pesar de las tensiones, el incidente no pasó a mayores.

Ahora, Banfield enfocará su atención en su próximo rival, Argentinos Juniors, mientras que Independiente se dispondrá a visitar a San Lorenzo en busca de asegurar el primer lugar en la clasificación.

En el fútbol, los empates y las decisiones arbitrales pueden dejar huellas durante toda la temporada, pero lo que es un hecho es que para los equipos, cada partido es una nueva oportunidad de probar su valía.