La victoria de River Plate sobre Barracas Central estuvo marcada por la indignación de los hinchas y las críticas hacia el árbitro Fernando Echenique.

En el estadio Monumental, los hinchas de River Plate no ahorraron esfuerzos al expresar su descontento hacia Claudio "Chiqui" Tapia, presidente de la AFA, al entonar cánticos como "Chiqui Tapia botón, vos sos hincha de Boca, la p…madre que te parió". Este escenario se dio en el entretiempo del partido, el cual se vio prolongado debido a la salida tardía de los jugadores de Barracas Central al campo de juego.

El descontento de la afición no se basó solamente en la conocida afinidad de Tapia por Boca Juniors, sino en lo que se había presenciado en la primera mitad del juego.

Los futbolistas del equipo visitante mostraron una clara intención de interrumpir el desarrollo del partido.

Esto incluyó tácticas como perder tiempo deliberadamente, simular faltas y, en ocasiones, efectuar entradas más agresivas que se alejaban de la disputa futbolística, generando múltiples pausas en el juego.

El árbitro del encuentro, Fernando Echenique, fue percibido como cómplice de estas interrupciones al no aplicar las tarjetas amarillas necesarias para sancionar tal comportamiento antideportivo.

Aunque mostró dos tarjetas, a Puig y a Herrera, muchos consideraron que la actuación del árbitro no fue suficiente para mantener el ritmo del juego.

Datos estadísticos reflejan la magnitud de lo ocurrido durante el encuentro.

Se registraron 102 interrupciones del juego, y sólo se logró jugar en continuidad durante un lapso de dos minutos y 17 segundos.

Los tiempos perdidos fueron igualmente alarmantes; Barracas Central gastó seis minutos protestando y atendiendo lesiones, lo que concluyó en un tiempo neto de juego de apenas 47 minutos y 7 segundos en un partido de 94 minutos y 10 segundos.

Marcelo Gallardo, director técnico de River Plate, no se quedó callado ante lo sucedido y, en la conferencia posterior al partido, evocó la necesidad de mejorar el arbitraje y la transparencia en el fútbol argentino.

"No soy el que logra los cambios.

Soy solo una opinión más.

Todos debemos esforzarnos por un fútbol mejor.

Hay mucha hipocresía y me gustaría que existan reglas claras", sostuvo el entrenador.

El ex presidente de River, Rodolfo D'Onofrio, también se unió a las críticas.

Durante el entretiempo, expresó en redes sociales su indignación: "Es una vergüenza el arbitraje.

No se juega.

Estamos matando al fútbol de Argentina".

Este episodio reaviva la preocupación por el estado del arbitraje en el fútbol argentino, un tema recurrente en la narrativa del deporte, donde la subjetividad de las decisiones arbitrales parece influir en el desarrollo y resultado de los partidos.

La victoria de River ante Barracas, con un contundente 3-0, quedó opacada por un desempeño que dejó mucho que desear en la dirección del referido árbitro, lo que sin duda ha generado discusiones entre aficionados y directivos sobre la calidad y transparencia en el deporte rey de Argentina.