La Selección Argentina sufrió una derrota dura en Guayaquil, en un partido clave por las Eliminatorias Sudamericanas. La ausencia de Lionel Messi y una expulsión decisiva marcaron una jornada para aprender. Los ecuatorianos se impusieron 1-0 con penal de Enner Valencia, dejando a Argentina en una posición complicada de cara a la clasificación para el próximo Mundial en Norteamérica.

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Aunque dominó las Eliminatorias Sudamericanas desde un inicio y estuvo cerca de asegurar su pase, el resultado 1-0 a favor de #Ecuador marcó un golpe importante para la Albiceleste.

La derrota generó un sabor amargo, especialmente después de un primer tiempo de bajo rendimiento y con varias decisiones arbitrales que complicaron aún más el panorama.

El estadio Monumental de Guayaquil vibró con casi 60.000 espectadores que celebraron con entusiasmo la victoria de su selección. La última vez que Ecuador venció a #Argentina en su cancha fue en 2009, en el camino hacia el Mundial de Sudáfrica, un dato que refleja la dificultad que enfrentan los equipos visitantes en esa localidad.

La selección local salió con una intensidad que desconcertó a los argentinos, quienes incluso tuvieron que ajustar su estilo de juego debido a las condiciones del campo y las interrupciones tempranas.

El encuentro comenzó con un dominio territorial y emocional de Ecuador, que presionó alto y forzó errores en la salida de Argentina. En los primeros quince minutos, los ecuatorianos tuvieron cuatro ocasiones claras. Una de ellas fue un cabezazo de Gonzalo Plata que cruzó toda el área, y otra un mano a mano que Enner Valencia, a quien le valió su reconocimiento por cumplir 100 partidos con su selección, no pudo convertir debido a una espectacular respuesta de Emiliano Martínez, portero argentino.

Argentina, por su parte, buscaba mantener su estructura basada en pases internos y asociaciones, pero la presión ecuatoriana, junto a la ausencia de Lionel Messi, que no fue titular en este encuentro, mermaron su juego.

El técnico argentino, Lionel Scaloni, optó por mantener el esquema en el segundo tiempo, confiando en la organización de su equipo, aunque se vio obligado a hacer cambios después de la expulsión de Otamendi a los 35 minutos del primer tiempo.

La tarjeta roja, que dejó a Argentina con diez jugadores, fue por una falta sobre Enner Valencia cuando avanzaba hacia el arco argentino, una decisión que generó controversia pero que fue confirmada tras revisión en el VAR.

La situación empeoró con la doble amarilla a Moisés Caicedo a los 49 minutos, dejando a Ecuador con diez y elevando las posibilidades de los argentinos en el juego.

Argentina no pudo transformar ese dominio en chances claras de gol

Sin embargo, a pesar de la superioridad numérica, Argentina no pudo transformar ese dominio en chances claras de gol. La mejor oportunidad fue un remate de Giovani Lo Celso que se fue desviado cerca del arco ecuatoriano.

El momento decisivo llegó en el segundo tiempo, cuando el árbitro colombiano Wilmar Roldán sancionó un penal para Ecuador tras una falta de Tagliafico sobre un atacante local.

La revisión en el VAR fue definitiva y Enner Valencia, en su partido número 100 con Ecuador, convirtió con un disparo al centro, poniendo en ventaja a su selección a los 57 minutos.

El resultado deja a Argentina en una posición delicada en las eliminatorias, con la necesidad imperiosa de sumar puntos en los próximos encuentros para asegurar su clasificación al Mundial 2026, que se disputará en Estados Unidos, Canadá y México.

Históricamente, Argentina ha sido uno de los mejores equipos sudamericanos y ha conquistado múltiples Copas del Mundo, pero en esta ocasión deben aprender que en estas eliminatorias no hay margen para errores.

El partido también dejó lecciones sobre la importancia de mantener la concentración y la disciplina, especialmente en momentos clave, como en la recta final del encuentro.

La salida de jugadores claves por lesiones o suspensiones puede afectar la estrategia, pero la capacidad de adaptación será fundamental para el futuro de la selección argentina.

La derrota en Guayaquil será un recordatorio de que en el fútbol actual, la constancia y la calidad mental son igual de importantes que las habilidades técnicas.

Mientras tanto, Ecuador se consolida como uno de los rivales más duros de la región y un verdadero candidato a mantener su posicionamiento en la tabla, con miras a una clasificación histórica para su primer Mundial en más de una década.