La selección italiana de fútbol femenino vivió una tarde llena de lágrimas y sentimientos encontrados tras caer en las semifinales del Euro 2025 ante Inglaterra en un partido que quedó marcado por la emoción y la incertidumbre. La despedida en el Stade de Genève dejó una huella imborrable en las jugadoras y los aficionados presentes.

El encuentro terminó con una derrota italiana por 2-1 tras la prórroga, dejando a las futbolistas y a sus seguidores con sentimientos de tristeza, incredulidad y esperanza.
Las protagonistas del partido, la capitana Cristiana Girelli y la defensora Lucia Di Guglielmo, mostraron toda su emotividad caminando juntas alrededor del campo, cada una con un brazo sobre la cintura de la otra, tras el pitido final.
Ambas lloraban, claramente afectadas por la eliminación en un torneo que para #Italia tenía un significado especial, ya que era la primera vez desde 1997 que el equipo lograba llegar tan lejos en una fase decisiva del Euro femenino.
Supuestamente, Italia había estado muy cerca de avanzar a la final, solo a un minuto de la clasificación, en un momento que parecía marcar un punto de inflexión en la historia del #fútbol femenino italiano.
La goleadora Girelli, de 35 años, expresó en una entrevista post-partido que sentía como si algo importante hubiera llegado a su fin, aunque todavía le costaba aceptar la derrota.
Según supuestamente fuentes cercanas, la jugadora consideraba que el destino había sido algo cruel con ellas.
El partido fue marcado por la intensidad y la emoción. Italia abrió el marcador en el minuto 33 gracias a una potente volea de Barbara Bonansea, que hizo vibrar a la afición y a sus compañeras. Este fue el quinto partido consecutivo en el que Italia anotaba primero en un torneo internacional, una racha que reflejaba la determinación de la selección italiana.
La jugadora italiana, con una sonrisa de satisfacción, corrió hacia la banca, celebrando con sus compañeras en un acto de espíritu colectivo.
Sin embargo, la alegría duró poco. Inglaterra, con una juventud prometedora, logró empatar en el minuto 90 mediante Michelle Agyemang, quien aprovechó un rebote para marcar, enviando el partido a la prórroga.
Con un disparo que dejó sin opción a la arquera italiana
La tensión aumentó, y en los últimos minutos, Chloe Kelly anotó el gol de la victoria en el minuto 119, con un disparo que dejó sin opción a la arquera italiana, Laura Guilani.
Supuestamente, Kelly aprovechó un rebote tras la atajada de Guilani en un penalti, en un momento que muchos consideraron injusto para Italia. La jugadora italiana, que había realizado una intervención clave en el área en defensa, quedó desconsolada, y supuestamente, la tristeza se reflejaba en su rostro y en el de sus compañeras.
El técnico italiano, Andrea Soncin, expresó tras el partido que el equipo había estado a punto de lograr su objetivo, y que las jugadoras merecían un final diferente tras el esfuerzo realizado.
La emoción en el vestuario era palpable, y muchas jugadoras estaban decididas a seguir luchando para mejorar el nivel del fútbol femenino en Italia. La selección italiana había logrado, en los últimos años, un progreso significativo, impulsada por el apoyo de la federación y el crecimiento de la liga local.
Supuestamente, Italia se prepara ahora para los próximos retos, incluido el Mundial que se disputará en Brasil en 2026, donde buscarán dejar una huella aún mayor.
La experiencia en el Euro 2025, aunque amarga, también sirvió para fortalecer la unión del equipo y la motivación para seguir avanzando.
En el contexto histórico, Italia no alcanzaba una semifinal de Euro femenino desde 1997, lo que hace que esta actuación sea vista como un paso importante para el desarrollo del fútbol femenino en el país.
La derrota, aunque difícil de aceptar, deja la sensación de que el equipo está en una senda de crecimiento y consolidación, y que en el futuro cercano podrán dar la sorpresa en grandes torneos internacionales.
Este torneo también supuestamente ha puesto en evidencia las diferencias en el desarrollo del fútbol femenino en Europa, con países como Inglaterra, España y Suecia marcando la pauta, mientras que Italia busca cerrar esa brecha.